El 15 de febrero se cumplirá el primer aniversario de la aprobación en el Consejo de Ministros de la Ley Orgánica de Modificación de la LOE (LOMLOE), que el Gobierno de coalición de Pedro Sánchez quiere reactivar coincidiendo con esta efeméride. De esta manera, antes de un año podría entrar en vigor la octava ley educativa en cinco décadas.
“El PSOE pretende partir del proyecto educativo que presentó en la anterior legislatura y tiene prisa en aprobarlo, aunque tardará un poco más que ‘unas semanas’, que es lo que se ha dicho últimamente. En todo caso, es llamativa esa prisa cuando siempre ha reclamado consenso para las normas educativas y criticaba que la LOMCE se había hecho sin consenso. Lo menos que se puede pedir ahora es que se escuche y atienda a todos los sectores educativos”, señala José María Alvira, quien reclama “calma y sosiego a la hora de hacer esta nueva ley”.
Una ley que contará con una asignatura de Religión de oferta obligatoria, pero voluntaria y sin alternativa y que eliminará el concepto de ‘demanda social’, básico en la concertada. Sobre Religión, el secretario general de Escuelas Católicas señala a Vida Nueva que “hay que respetar los Acuerdos con la Santa Sede, aunque ese no sería el argumento fundamental para respaldar la asignatura, que vemos justificada por el pleno desarrollo de la ley, que es la finalidad de la educación”.
Sobre la pertinencia de esta materia, el marianista sostiene que “se puede elaborar todo un discurso, pero si es una asignatura, entendemos que tiene que ser evaluable”. “Otra cosa –añade– es que cuente para la obtención de becas, que se podría discutir, pero que sea evaluable es indudable, pues no parece muy coherente que una materia curricular no lo sea”.