Entre 600.000 y 700.000 mascarillas ha enviado el Vaticano a China para ayudar a prevenir el contagio del coronavirus, responsable de la muerte de más de 360 personas y de la infección de 17.000 pacientes tras su aparición en la ciudad de Wuhan.
La Santa Sede responde así a la petición de ayuda que lanzaron las autoridades del gigante asiático para tratar de hacer frente a la epidemia. “Necesitamos urgentemente mascarillas y trajes y gafas de protección”, comentó el portavoz del ministerio de Asuntos Exteriores del Gobierno de Pekín, Hua Chunying.
El cardenal Konrad Krajewski, limosnero apostólico, y Vincenzo Han Duo, vicerrector del Pontificio Colegio Urbaniano, fueron los responsables de organizar el envío de las mascarillas. El coste de este material médico fue pagado por la comunidad china residente en Italia y por la Santa Sede a través de la limosnería. También colaboró la farmacia vaticana y la aerolínea China Southern Airlines.
“Preocupación de la Santa Sede”
“Espero que el material pueda llegar lo antes posible a los que lo necesitan, de manera que la gente que está sufriendo la enfermedad pueda sentir la preocupación de la Santa Sede. Todo el mundo se ha puesto en pie para luchar contra el virus”, comentó Han al diario ‘Global Times’, ligado al gobernante Partido Comunista de China.
El envío de las más de 600.000 mascarillas contra el coronavirus muestra la preocupación de la Santa Sede por el gigante asiático cuando ha pasado ya un año y cinco meses de la firma del histórico acuerdo para desatascar el nombramiento de obispos en el país. Aquel pacto abrió una nueva etapa en las relaciones entre Roma y Pekín, poniendo fin a décadas de mutua desconfianza.