El papa Francisco recibirá a Lula da Silva el próximo 13 de febrero en el Vaticano. El ex presidente de Brasil le lanzó la petición de entrevista a través del nuevo presidente de Argentina, Alberto Fernández, quien le preguntó al Pontífice en su audiencia del pasado 31 de enero si recibiría al líder de la izquierda brasileña. Ante la respuesta positiva, según anunció el propio Fernández, Lula solicitó la audiencia.
“Visitaré al papa Francisco para agradecerle no solo la solidaridad que tuvo conmigo en un momento difícil, sino, sobre todo, su dedicación a los oprimidos. También quiero discutir con él la experiencia brasileña en la lucha contra la pobreza”, ha expresado Da Silva a través de su cuenta oficial de Twitter.
Vou visitar o Papa Francisco (@Pontifex_pt) para agradecer não só pela solidariedade que teve comigo em um momento difícil, mas sobretudo pela dedicação dele ao povo oprimido. Também quero debater a experiência brasileira no combate à miséria.
— Lula (@LulaOficial) February 5, 2020
El ex presidente brasileño pidió aplazar una audiencia judicial para poder viajar al Vaticano y finalmente el tribunal de Brasilia ha dado el visto bueno. Lula deberá solicitar la restitución de su pasaporte para realizar su primer viaje desde que abandonara la prisión de Curitiba el pasado 8 de noviembre, donde cumplía condena desde abril de 2018 en una sentencia de 8 años y 10 meses de reclusión por corrupción pasiva y blanqueo de dinero.
“El bien vencerá al mal”
Según la solicitud enviada por sus abogados a la 10ª Corte Criminal de Brasilia, el líder del Partido de los Trabajadores comunicó al tribunal “la realización de un viaje internacional para Italia/Vaticano, donde será recibido en audiencia por Su Santidad, el papa Francisco, el día 13 de febrero de 2020″, precisa el documento remitido a los medios locales.
En mayo de 2019, Francisco ya contestó una carta a Lula en donde le aseguraba que “el bien vencerá al mal, la verdad vencerá la mentira y la Salvación vencerá la condenación”. Jorge Mario Bergoglio le animaba en la carta tras las pruebas que había tenido que vivir últimamente, entre las que destacó la muerte de su esposa, Marisa Sánchez, del ex gobernante Genival Ignacio y de su nieto Arthur Lula da Silva, de tan solo 7 años.