La baja natalidad está directamente relacionada con la despoblación de determinadas zonas de España, pero hay otros factores que influyen en la decisión de abandonar los pueblos. Y, entre ellos, está “la falta de servicios, de empleos” y un relato “de estigmatización y pesimismo” hacia el mundo rural, afirma la ex ministra de Agricultura del Gobierno de Rajoy, Isabel García Tejerina, que participó ayer en el Foro de Encuentros Interdisciplinares ‘Invierno Demográfico: ¿peligra la sociedad del bienestar?’ de la Fundación Pablo VI.
En su opinión, no se puede obligar a alguien a quedarse cuando faltan los servicios fundamentales. “En las zonas rurales no hacen falta héroes, sino oportunidades”, y “que la gente pueda vivir bien de su profesión”. “La agricultura tiene asociada una industria, la alimentaria, que es la más importante en este momento en España”, explicó. Por eso, “comprometer su rentabilidad o viabilidad es cargarse el mundo rural”, dijo ante la mirada del diputado del PSOE en las Cortes de Aragón y alcalde de Alcañiz, Ignacio Urquizu, y el director general de la Fundación Renacimiento Demográfico, Alejandro Macarrón, que le acompañaban en la mesa.
Las cifras de niños nacidos en el primer semestre del año pasado (170.000) no se registraban desde 1941 y la media actual de niños nacidos por mujer está en los niveles más bajos de la Unión Europea (1,26), tan solo por encima de Malta. “No es solo un problema del mundo rural”, apuntó Alejandro Macarrón, sino también de las ciudades y las zonas donde se genera riqueza.
“Necesitamos un Al Gore que nos diga que no podemos seguir así y que si no nacen niños la sociedad envejecerá y desaparecerá nuestra historia”, indicó, al mismo tiempo que invitó a combinar “la libertad individual con incentivos por parte del Estado” para ayudar a las parejas a tener niños.
“Cuando pasas de ser diputado en el Congreso a la política local, te das cuenta de que lo que pensabas es muy diferente a lo que ves en realidad”, señaló Ignacio Urquizu. Es el caso de Alcañiz, una localidad de unos 15.ooo habitantes con un hospital para más de 100 plazas, donde los médicos, por ejemplo, siguen haciendo kilómetros a diario para ir y venir de Zaragoza, que es donde en realidad viven. “No sé si es el empleo o la natalidad lo que fija la población, sino que son muchas otras cosas y, entre ellas, el relato”, indicó. Por eso, “para combatir la despoblación hay que hablar bien del mundo rural y decir que aquí también hay oportunidades y que podemos hacer lo que nos propongamos”, añadió.
La crisis política del “no nos representan” y la económica que se desencadenó en 2011 introdujeron en la agenda el tema de la España vaciada que ha tenido una de sus mayores implosiones en Teruel, comentó el alcalde de Alcañiz. “Aunque a mí particularmente es un término que no me gusta mucho”, puesto que “la España que llaman vacía está llena de patrimonio y de cultura que si perdemos nos llevaría a perder parte de nuestra identidad”, sostuvo. Además, “abandonar los pueblos generaría un gran impacto medioambiental”, recalcó.