La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) ha sido noticia durante los últimos cuatro meses, pues durante este tiempo ha habido paros y manifestaciones en contra de la violencia de género en 23 de sus planteles.
Solo en la Facultad de Filosofía y Letras, ubicada en Ciudad Universitaria, así como en la Escuela Nacional Preparatoria número 9 “Pedro de Alba”, los estudiantes inconformes cumplen ya cuatro meses de haber tomado las instalaciones, sin que se resuelva la situación.
Un lugar donde son escuchados
A las afueras de Ciudad Universitaria, en la calle Odontología 35, en la Ciudad de México se encuentra el Centro Universitario Cultural (CUC), que fue creado por los frailes dominicos hace casi 70 años, y cuenta con varias opciones educativas y espirituales, sobre todo para los universitarios de la UNAM.
En entrevista para Vida Nueva, fray Juan Efraín Hernández, quien imparte las “misas universitarias” cada jueves, señaló que el CUC es un lugar “de apertura y diálogo, donde los universitarios pueden ser escuchados; muchos de ellos se han acercado por nuestro Centro de Derechos Humanos Fray Francisco de Vitoria, donde se les asesora sobre sus garantías individuales”.
Destacó que, durante las misas universitarias que se realizan cada semana, se abre un espacio para que los jóvenes sean escuchados. “Opinan del texto evangélico que acabamos de proclamar y expresan sus inquietudes y desacuerdos; es muy interesante la manera de celebrar la fe con ellos, donde se confía en sus propias capacidades para encontrar la verdad”.
El religioso recordó que parte del carisma dominico es estar ahí donde se viola la dignidad de la persona humana; “ahí tenemos que estar para escuchar, acompañar o caminar juntos”, añadió.
Grupo Ego Sum
Entre las opciones espirituales con que cuenta el CUC se encuentra el grupo Ego Sum. Vida Nueva platicó con varios de sus integrantes.
Ego Sum significa en latín: “Yo soy”, pues “Jesús dice a sus discípulos: Yo soy la luz del mundo, la resurrección, el buen pastor, el camino, la verdad y la vida”, explicó Óscar, para quien la agrupación ha sido clave en su vida, pues “hace comunidad a la luz de la inspiración cristiana, debaten temas de interés, comparten el pan y el vino, y trabajan en proyectos como las misiones o el catecumenado.
El grupo está integrado por estudiantes de casi todas las facultades de la UNAM, “aunque de vez en cuando nos acompañan estudiantes de otras universidades. La pluralidad del grupo es una de sus riquezas”, dijo.
“La fe es una cosa fresca, una cuestión que se comparte y que no está peleada ni con la ciencia ni con una forma de vida juvenil, al contrario, la enriquece y la vuelve plena. En Ego Sum se pueden discutir muchos temas por eso es una buena opción porque se pueden expresar las inquietudes”, apuntó por su parte Abraham.
Unidos en la pluralidad
Tere, en tanto, se refirió a las principales problemáticas a las que se enfrentan hoy en día los universitarios.
Consideró que hay una “cerrazón del corazón… y un temor a no ser aceptados”, por lo que, para ella, una manera de dar solución a ello a través de Ego Sum, es dar el ejemplo y “en comunidad las cosas son más fáciles… experimentando a través de las personas el amor a Cristo. No tenemos que pensar igual, creo que Dios es tan grande como cabezas existen en el mundo”.
Y para Karla, Ego Sum es un lugar donde los jóvenes se pueden relacionar de forma auténtica, donde pueden expresar el amor, vivir y crecer en la fe, para poder compartirlo con la sociedad, expresarlo y lograr un cambio”.
Crisis en la UNAM
En relación con las problemáticas que se viven actualmente en la UNAM, Tere consideró que el principal motivo es la falta de comunicación entre los inconformes y las autoridades estudiantiles.
Y para Gayatri, una de las mayores problemáticas de la UNAM es “la impunidad de profesores y alumnos agresores, así como los acosadores. Sumándose a esa violencia específica, en la UNAM se vive una inseguridad general que en los últimos años se ha visibilizado, como ocurrió con el ‘ataque porril’ del 3 de septiembre de 2018 y el feminicidio de Lesby, que una vez más nos muestra los problemas de violencia de género”.
Opina Aldo: “no se puede continuar con la violencia de género, es necesario actuar para que nuestras compañeras se sientan en un ambiente más seguro y confiable. También los alumnos debemos unirnos para alcanzar estos objetivos, pues entre nosotros solemos poner trabas para que esto suceda y somos en gran medida partícipes de dichas violencias”.
Y finalmente, para Marisai “la principal problemática que enfrentan los jóvenes y en general la sociedad, es estar inmersos en un mundo que se ha vuelto extremadamente consumista y materialista, donde el éxito se mide en prestigio, dinero y bienes materiales, en lugar de en felicidad, amor y rectitud”.
“Considero que esta cultura materialista en la que estamos inmersos cambia las prioridades de las personas, haciendo que se interesen por ganar dinero, poder o prestigio y se hagan indiferentes a las personas que las rodean, así es como podemos pasar al lado de personas que viven en pobreza, que sufren violencia, que están solas, que están enfermas, o que piensan diferente e ignorarlas, y seguir caminando como si nada pasara; así es como surge la intolerancia, la discriminación, porque deja de importarte la persona que está a tu lado, la deshumanizas y la vuelves un objeto sin valor, porque no te ayuda a obtener las recompensas materiales que buscas”, concluyó.