Los obispos de Colombia han culminado su 109ª Asamblea General Ordinaria con una gran preocupación por el tema de la paz y la reconciliación ante el actual momento histórico que han calificado como “decisivo, complejo y preocupante”. Así lo han expresado mediante un comunicado, suscrito por sus autoridades: Oscar Urbina, presidente y arzobispo de Villavicencio, Ricardo Tobón, vicepresidente y arzobispo de Medellín, y Elkin Álvarez, secretario general y obispo auxiliar de Medellín.
“No podemos marginarnos, ni equivocarnos, ni encerrarnos en intereses reducidos o particulares en el cumplimiento de esta responsabilidad histórica de encaminar el país por las sendas de la paz”, mencionaron.
Para los prelados no existen dos crisis separadas: ambiental y social, sino que todo forma parte de un mismo problema, por ello en su mensaje han denunciado “la ola de asesinatos y de amenazas que pesa sobre personas y comunidades, y ha acabado con la existencia de tantos líderes sociales”.
Han hecho un llamado a sectores que fomentan la violencia a dejar las armas y a no imponer sus ideas, además los han invitado a escuchar el clamor de quienes sufren como condición para alcanzar la paz.
En el seno de la Asamblea, los obispos han expresado sus plegarias por la pronta liberación de la religiosa Gloria Cecilia Narváez, secuestrada en África en el año 2017. Oscar Urbina, presidente del episcopado, al ser consultado de este tema por Vida Nueva, ha respondido que la iglesia a través de la Secretaría de Estado del Vaticano ha estado pendiente.
“La última información que tenemos es que la hermana está viva”, reveló Urbina, lo cual “es un consuelo para nosotros y para la familia”. Mientras tanto desde el episcopado seguirán orando por ella, sus familiares, su congregación y sus allegados.
En cuanto a las últimas manifestaciones ocurridas con el paro nacional, los obispos han sugerido a las autoridades “atender a los movimientos sociales que han surgido y que propugnan por la solución a problemas relacionados con la inequidad existente en el país y con modelos de desarrollo que excluyen a regiones y sectores especialmente golpeados por la violencia y la pobreza”.
De allí que proponen el diálogo como única vía para identificar las necesidades ciudadanas y “afianzar la relación entre Estado y sociedad civil”, de tal forma “los diferentes sectores poblacionales se sientan debidamente representados por las instituciones gubernamentales”.
Asimismo han pedido a los sectores que protestan legítimamente hacerlo “sin violencia y sin destrucción de lo que ya con esfuerzo se ha construido; los colombianos no podemos aprobar lo que desestabiliza y destruye el país”.
“Es necesario superar la polarización que no deja prosperar ninguna iniciativa para el bien de las comunidades”, han destacado en referencia al tema de la reconciliación, que requiere de acciones urgentes en favor de las víctimas del conflicto y de quienes han dejado las armas.
Han recordado las palabras del papa Francisco en su visita al país: “¡Colombia, abre tu corazón de pueblo de Dios, déjate reconciliar!”. Han insistido en el diálogo nuevamente, porque tanto la reconciliación como la paz “reclaman la participación de todos”.
Foto: CEC