Cono Sur

Los obispos de Paraguay claman por una democracia participativa

Los prelados expresaron su preocupación porque se priva al ciudadano de la información necesaria para la toma de decisiones y pidieron transparencia en el financiamiento de la política





“La Iglesia sostiene que una democracia sin valores termina traicionando al pueblo y se convierte en totalitarismo. No bastan los procedimientos meramente formales, fundada en la limpieza de los procesos electorales, sino que es necesaria una democracia participativa que promueva y respete los derechos humanos (cfr. Aparecida)”, expresaron los obispos de Paraguay en una declaración.

Con el título ‘Por una democracia participativa y con valores’, el episcopado mostró su descontento por estar “privando al ciudadano de información necesaria para la toma de decisiones y para una participación adecuada en los asuntos públicos, fundamental para la consolidación del sistema democrático y republicano”.

El camino democrático

Como en muchos países sudamericanos, Paraguay recomenzó su transición democrática hace apenas 31 años. Durante este tiempo, el país realizó este camino “con luces y sombras”, manifiestan los prelados.

Justamente, señalan como sombras “la persistencia de la corrupción y la impunidad que permean las instituciones de la República y que llevan a la ciudadanía al desencanto, al hastío y al descrédito hacia sus autoridades”.

También sostienen que “una democracia sin valores termina traicionando al pueblo y se convierte en totalitarismo”.

A la luz de la Doctrina Social

Según los obispos, la condición indispensable para la vida republicana es la transparencia. Afirman que en los procesos electorales es esencial la “información completa, veraz y oportuna sobre el financiamiento de la actividad política”.

Los obispos paraguayos creen que los ciudadanos deben conocer del origen de los bienes de las personas que deciden abrazar la vocación política y de quienes definen el manejo de la cosa pública.

Para expresar su pedido, aluden a la DSI: “… es evidente, pues, que toda democracia debe ser participativa. Lo cual comporta que los diversos sujetos de la comunidad civil, en cualquiera de sus niveles, sean informados, escuchados e implicados en el ejercicio de las funciones que ésta desarrolla”.

“A la luz de estos principios, exhortamos, pues, a los legisladores, Senadores y Diputados, así como a los líderes de los partidos políticos, que propicien y apoyen los mecanismos para una auténtica participación ciudadana, cuya condición indispensable es el acceso irrestricto a las informaciones que conciernen al manejo de la cosa pública“, ratificaron los obispos de Paraguay.

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Alicia Ruiz López de Soria, ODN







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