Reportajes

Las 7 claves del papa Francisco para vivir la Jornada Mundial del Enfermo





El 11 de febrero, día de la Virgen de Lourdes, la Iglesia celebra la Jornada Mundial del Enfermo, una cita que cumple 28 años y para la que el Papa siempre ofrece un mensaje. En esta ocasión, en el texto publicado el pasado 3 de enero, Francisco propone como máxima las palabras de Jesús en el evangelio de Mateo: “Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré”.

Vida Nueva repasa algunas de las claves que el papa Francisco ha ofrecido en esta jornada a lo largo de los 7 mensajes que ha escrito durante su pontificado.



1. El resplandor de la caridad (2014)

En su primer mensaje, el papa Francisco recordaba a los enfermos que “la Iglesia reconoce en vosotros una presencia especial de Cristo que sufre. En efecto, junto, o mejor aún, dentro de nuestro sufrimiento está el de Jesús, que lleva a nuestro lado el peso y revela su sentido. Cuando el Hijo de Dios fue crucificado, destruyó la soledad del sufrimiento e iluminó su oscuridad”.

“Para crecer en la ternura, en la caridad respetuosa y delicada, nosotros tenemos un modelo cristiano a quien dirigir con seguridad nuestra mirada. Es la Madre de Jesús y Madre nuestra, atenta a la voz de Dios y a las necesidades y dificultades de sus hijos. María, animada por la divina misericordia, que en ella se hace carne, se olvida de sí misma”, asegura. “Ella sabe muy bien cómo se sigue este camino y por eso es la Madre de todos los enfermos y de todos los que sufren. Podemos recurrir confiados a ella con filial devoción, seguros de que nos asistirá, nos sostendrá y no nos abandonará”, añade.

2. La sabiduría del corazón (2015)

En 2015, el papa Francisco, buceando en el libro de Job, propuso practicar la “sabiduría del corazón”. Para Bergoglio, “sabiduría del corazón es servir al hermano”. “Cuántos cristianos dan testimonio también hoy, no con las palabras, sino con su vida radicada en una fe genuina, y son ‘ojos del ciego’ y ‘del cojo los pies’. Personas que están junto a los enfermos que tienen necesidad de una asistencia continuada, de una ayuda para lavarse, para vestirse, para alimentarse”, ejemplifica Francisco.

“Pidamos con fe viva al Espíritu Santo que nos otorgue la gracia de comprender el valor del acompañamiento, con frecuencia silencioso, que nos lleva a dedicar tiempo a estas hermanas y a estos hermanos que, gracias a nuestra cercanía y a nuestro afecto, se sienten más amados y consolados”, desea el Papa para los cuidadores.

3. Viviendo la misericordia (2016)

En el Año de la Misericordia, el Papa recordaba cómo “la enfermedad, sobre todo cuando es grave, pone siempre en crisis la existencia humana y nos plantea grandes interrogantes. La primera reacción puede ser de rebeldía”. “En esta situación, por una parte la fe en Dios se pone a prueba, pero al mismo tiempo revela toda su fuerza positiva. No porque la fe haga desaparecer la enfermedad, el dolor o los interrogantes que plantea, sino porque nos ofrece una clave con la que podemos descubrir el sentido más profundo de lo que estamos viviendo”, apelaba.

Para Francisco, “en la solicitud de María” en las bodas de Caná, “se refleja la ternura de Dios. Y esa misma ternura se hace presente también en la vida de muchas personas que se encuentran junto a los enfermos y saben comprender sus necesidades, aún las más ocultas, porque miran con ojos llenos de amor”, añade.

4. La ternura del amor de Dios (2017)

En su mensaje de 2017, Francisco contempló directamente a la Virgen de la Gruta de Massabielle. “Me gustaría animar a todos los enfermos, a las personas que sufren, a los médicos, enfermeras, familiares y a los voluntarios a que vean en María, Salud de los enfermos, a aquella que es para todos los seres humanos garante de la ternura del amor de Dios y modelo de abandono a su voluntad; y a que siempre encuentren en la fe, alimentada por la Palabra y los Sacramentos, la fuerza para amar a Dios y a los hermanos en la experiencia también de la enfermedad”.

“La mirada de María, ‘Consoladora de los afligidos’, ilumina el rostro de la Iglesia en su compromiso diario en favor de los necesitados y los que sufren. Los frutos maravillosos de esta solicitud de la Iglesia hacia el mundo del sufrimiento y la enfermedad son motivo de agradecimiento al Señor Jesús, que se hizo solidario con nosotros, en obediencia a la voluntad del Padre y hasta la muerte en la cruz, para que la humanidad fuera redimida”, recuerda Francisco.

5. El ejemplo de María (2018)

En su mensaje para 2018, el papa Francisco recoge las palabras de Jesús a su Madre, que “son el origen de la vocación materna de María hacia la humanidad entera. Ella será la madre de los discípulos de su Hijo y cuidará de ellos y de su camino”. Una “vocación materna de la Iglesia hacia los necesitados y los enfermos se ha concretado, en su historia bimilenaria, en una rica serie de iniciativas en favor de los enfermos”.

Una tarea que continúa hasta hoy, tratando “en todas partes trata de cuidar, incluso cuando no puede sanar. La imagen de la Iglesia como un ‘hospital de campaña’, que acoge a todos los heridos por la vida, es una realidad muy concreta, porque en algunas partes del mundo, sólo los hospitales de los misioneros y las diócesis brindan la atención necesaria a la población”.

“A María, Madre de la ternura, queremos confiarle todos los enfermos en el cuerpo y en el espíritu, para que los sostenga en la esperanza. Le pedimos también que nos ayude a acoger a nuestros hermanos enfermos. La Iglesia sabe que necesita una gracia especial para estar a la altura de su servicio evangélico de atención a los enfermos”, concluye el pontífice.

6. Frente a la cultura del descarte y de la indiferencia (2019)

El año pasado, Calcuta en la India, fue el lugar escogido para significar de forma especial esta jornada en la que “la Iglesia, como Madre de todos sus hijos, sobre todo los enfermos, recuerda que los gestos gratuitos de donación, como los del Buen Samaritano”, gestos que, para Francisco, “son la vía más creíble para la evangelización”, señala en su mensaje.

Frente a la cultura del descarte y de la indiferencia, deseo afirmar que el don se sitúa como el paradigma capaz de desafiar el individualismo y la contemporánea fragmentación social, para impulsar nuevos vínculos y diversas formas de cooperación humana entre pueblos y culturas”, reclamó.

“Santa Madre Teresa nos ayuda a comprender que el único criterio de acción debe ser el amor gratuito a todos, sin distinción de lengua, cultura, etnia o religión. Su ejemplo sigue guiándonos para que abramos horizontes de alegría y de esperanza a la humanidad necesitada de comprensión y de ternura, sobre todo a quienes sufren”, recordó Francisco refiriéndose a la religiosa del sari.

7. Jesús, maestro en humanidad (2020)

En su mensaje para este amo, Francisco narra como “Jesús dirige una invitación a los enfermos y a los oprimidos, a los pobres que saben que dependen completamente de Dios y que, heridos por el peso de la prueba, necesitan ser curados”. Una situación que entiende, porque “él mismo se hizo débil, vivió la experiencia humana del sufrimiento y recibió a su vez consuelo del Padre. Efectivamente, sólo quien vive en primera persona esta experiencia sabrá ser consuelo para otros”.

Por ello, el pontífice invita a “personalizar el modo de acercarse al enfermo, añadiendo al ‘curar’ el ‘cuidar’, para una recuperación humana integral”. En enfermo, señala Francisco, “además de los tratamientos espera recibir apoyo, solicitud, atención… en definitiva, amor”. “Cada intervención de diagnóstico, preventiva, terapéutica, de investigación, cada tratamiento o rehabilitación se dirige a la persona enferma, donde el sustantivo ‘persona’ siempre está antes del adjetivo ‘enferma’”, recuerda a los profesionales sanitarios.

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