Coincidiendo con la aprobación en el Congreso de los Diputados de iniciar la tramitación de una ‘Ley de la eutanasia’, se ha celebrado en la Universidad CEU San Pablo la última sesión del III Congreso de Bioética, organizado por el Instituto de Humanidades Ángel Ayala. Bajo el título ‘¿Vivir dignamente o morir dignamente?’, durante las jornadas se ha reflexionado sobre la “confusión existente en la actualidad con la denominada muerte digna”.
En el Congreso se señaló, tal como destaca la universidad, que el debate actual “no es propiamente planteado como una cuestión médica, sino más bien ideológica, con una profunda raíz antropológica”. Y esta no es otra sino la “dificultad” a la hora de “encontrar un sentido al sufrimiento y la enfermedad y de integrarlo en el recorrido vital de las personas”. Esta carencia, señalan, “tiene repercusiones importantes en el modo de entender las relaciones sociales y las políticas, supuestamente sanitarias, pues acabar con la vida de una persona no es cuidar ni curar”.
Del mismo modo, en el Congreso se destacó que la experiencia clínica “demuestra suficientemente” que, para las situaciones de sufrimiento insoportable – como se contempla en la ley de Holanda, tomada como modelo -, la solución “no es la eutanasia”, sino “la atención adecuada, humana y profesional”, y a este fin se dirigen los cuidados paliativos. Además, los expertos han denunciado que “según el Atlas de Cuidados Paliativos en Europa, en España estamos en la cola de recursos humanos y profesionales de Europa en lo que a medicina paliativa se refiere”.
Una “mal entendida autonomía”
La matrona del Hospital Universitario de La Paz, María Caridad Jorquera, explicó con casos reales los cuidados paliativos perinatales y la atención a la muerte perinatal. Asimismo, subrayó que todos los padres tienen derecho a serlo, aunque la vida de su hijo dure unas horas, porque “una vida breve no tiene porqué ser mala”. Para Caridad, la verdadera humanización es “dar cuidados más humanos, centrarnos en las familias”.
En su intervención, el catedrático de Medicina y Jefe de Cardiología del Hospital Gregorio Marañón, Manuel Martínez Sellés, recordó que la dignidad “es algo intrínseco a todo ser humano” y que la percepción que las personas enfermas tienen de su dignidad “depende en gran medida de cómo son tratadas”.
Por su parte, el doctor Ángel José Sastre, que ha dedicado más de 30 años al cuidado de las personas en los últimos momentos de sus vidas, incidió en la importancia de la humanización en la medicina, “especialmente en la relación médico-paciente, en cuidar esa confianza, en saber comunicar malas noticias, en acompañar al paciente, y en hacerle más agradable su estancia en el hospital”. Por último, Sastre habló de la “mal entendida autonomía del paciente”, explicando el caso de un señor que le agradeció que no le hubiese hecho caso cuando le pidió acabar con su vida, ya que le curó unas heridas que permitieron vivir dignamente sus últimos días.