A contrarreloj. Los obispos alemanes daban por hecho que el cardenal Reinhard Marx se presentaría el próximo mes de marzo a la reelección como presidente de la Conferencia Episcopal de Alemania. Sin embargo, ahora se encuentran en plena búsqueda de líder para los próximos años, después de que el arzobispo de Múnich desvelara a través de una carta el pasado martes que se echa a un alado porque considera que “es el turno de las jóvenes generaciones”.
Se abre una cuenta atrás para los obispos germanos, que tienen menos de tres semanas para buscar un candidato. La Asamblea Plenaria que se celebrará los mismos días y con mismo cometido que la española donde también se busca sucesor para el cardenal arzobispo de Valladolid, Ricardo Blázquez. En el caso de la Conferencia Episcopal Alemana, aunque los 69 obispos tienen derecho a voto, los auxiliares no son elegibles, por lo que los candidatos se reducen a 27.
Entre los hombres cercanos a Marx, nadie ha dado un paso al frente. Es más, el obispo de obispo de Osnabrück, Franz-Josef Bode, actual vicepresidente de los obispos alemanes, se ha descartado a sí mismo como sucesor, entre otros motivos, por su delicada salud.
Quien si parece decidido a postulares a la presidencia es el cardenal arzobispo de Colonia, Rainer Maria Woelki, como portavoz del ala más conservadora y contraria a la aventura sinodal auspiciada por Marx.
La renuncia de Marx a un segundo mandato se produce apenas una semana después de poner en marcha la Asamblea Sinodal, la iniciativa más ambiciosa y participativa de reforma llevada a cabo por un Episcopado europeo en las últimas décadas.
Entre los méritos del cardenal Marx al frente de la Conferencia Episcopal germana se encuentra el haber puesto freno a la lacra de los abusos sexuales y haber implementado medidas pioneras en el acompañamiento a las víctimas y la prevención de la pederastia. Con uno de los informes y auditorias internos más exhaustivos de cuantos se han hecho en las Iglesias locales, deja en manos de su sucesor la creación de un protocolo común para indemnizar a las víctimas.
Precisamente el cardenal, de 66 años, explica que trabajará “especialmente en el camino sinodal, que desde mi punto de vista ha comenzado bien”. Además, en principio, mantendría todas sus responsabilidades en el Vaticano, tal y como el mismo confirmaría un día después de anuncia su renuncia. En la Santa Sede, Marx está al frente del Consejo Económico Vaticano desde 2014 y pertenece al Consejo de Cardenales creado por Francisco en 2013.
“Nadie me ha presionado para renunciar”, ha aclarado también el cardenal, conscientes que no pocos tanto en su país como en la Iglesia universal han buscado tirar por tierra sus propuestas renovadoras.