En un comunicado, firmado por los miembros de la Comisión Episcopal de Pastoral Aborigen, se invitó a mirar la angustiante realidad que viven los pueblos y comunidades originarias. Una realidad que muestra su cara más oscura con las recientes muertes de muchos niños por desnutrición, falta de agua potable, entre otras situaciones de vulnerabilidad.
Los obispos de la Comisión expresan la necesidad de escuchar el clamor de las comunidades originarias, “que nos interpela como Iglesia y como sociedad”.
Creen que se hace necesario, ante esta realidad, comprometerse para el diálogo y la gestión, con acciones concretas y estructurales, y con las instituciones civiles que acompañan las distintas iniciativas y “emprendimientos comunitarios y de asistencia en el territorio, y con los gobiernos locales, provinciales y nacional”. El objetivo es modificar la realidad actual.
Esta declaración surge inmediatamente después de la reciente Exhortación Apostólica “Querida Amazonía”, y destacaron parte del texto: “Una sociedad que no sabe cuidar de los niños y de los grupos más vulnerables corre serios riesgos de implosión y muerte”.
Manifiestan que las palabras del Papa, referidas a la Amazonía, ayudan a comprender la actual situación que viven los pueblos originarios: “La disparidad de poder es enorme, los débiles no tienen recursos para defenderse, mientras el ganador sigue llevándose todo… poderes locales, con la excusa del desarrollo, participaron de alianzas con el objetivo de arrasar la selva de manera impune y sin límites” (QA13).
Los obispos de la pastoral aborigen, Ángel José Macín, Luis Scozzina y Juan José Chaparro, titulares de las diócesis de Reconquista, San Ramón de la Nueva Orán y San Carlos de Bariloche, respectivamente, señalaron: “No podemos dar respuestas inmediatas a las urgencias sociales y sanitarias que viven muchas comunidades, pero sí asumir una actitud misericordiosa que nos libere de la indiferencia y del sensacionalismo mediático y nos haga solidarios con sufrimiento de los más olvidados”.
Tras conocerse la muerte de seis chicos wichí, Eduardo Bertea, miembro del Equipo Nacional de Pastoral Aborigen (Endepa), en una entrevista con ACI Prensa, advirtió que las comunidades indígenas son víctimas de la indiferencia y la falta de soluciones estructurales para mejorar su calidad de vida.
Señaló que la principal amenaza para estos pueblos es la ampliación de la zonas agrícola que se va expandiendo sobre los asentamientos, con los cultivos nuevos transgénicos.
También remarcó que “Lo más grave es que viven distanciados de la sociedad por un abismo cultural. Hay una barrera cultural y de discriminación por el desconocimiento. Y para muchos argentinos, “la realidad indígena les resulta ajena y distante”, expresó Bertea.
Desde la pastoral están reclamando medidas para evitar la muerte de más personas. Piden también que se respeten sus derechos fundamentales de estas comunidades, y que “los indígenas no sean un objeto benefactor, sino que sean escuchados, sean interlocutores”.