Covadonga Orejas ve en la recuperación del acompañamiento espiritual, la herramienta “es indispensable hoy no solamente para los creyentes que buscamos vivir la vida a la luz de la fe, sino también para el conjunto de la Iglesia y de nuestro mundo”.
La religiosa carmelita de la Caridad Vedruna fue la responsable de guiar el itinerario sobre el acompañamiento, en la segunda jornada del Congreso Nacional de Laicos que reúne en Madrid a más de 2.000 católicos bajo el lema ‘Pueblo de Dios en salida’.
Integrante del Equipo Ruaj con más de tres décadas de experiencia, dudó en entonar un canto al acompañamiento como la manera de recuperar “la entraña de vivir, de ser cristiano”, como “un modo de evangelización privilegiado hoy”.
La también abogada comentó que “la posibilidad de acompañar es para todos/as, no está reservada a unos pocos/as privilegiados. La posibilidad de acompañar está en el ADN de nuestro ser personas”.
Crisis de mediaciones
Así, apreció cómo “ante la crisis de mediaciones y estructuras en nuestra Iglesia, la mediación del encuentro es indispensable para conocer a Jesús y vivir la vida contando con Dios”.
A partir de ahí, estableció las reglas del juego para ejercer un acompañamiento evangélico como un “ejercicio de inclusión” y de respeto a la dignidad humana. Y es que, Orejas se lamentó de que “en nuestros contextos crecen cada vez más –con descaro o sutileza- las actitudes excluyentes”.
Ni confesión ni terapia
De este modo, aclaró que “acompañamiento no es sinónimo de confesión, ni terapia psicológica; no es una relación de ‘colegas’ o un diálogo de amistad”. “Tampoco una relación entre alguien que sabe (desde arriba) y alguien que no sabe (desde abajo)”, apostilló.
“La pastoral de acompañamiento es un verdadero ministerio en la Iglesia”, defendió, a la vez que subrayó que “no basta sólo con la legitimación teórica, aunque sea muy importante, en la práctica hace falta que se vaya haciendo viable con una formación cada vez más rigurosa”. Así, reclamó a los laicos presentes cuatro directrices básicas: estudio, reflexión, oración y hacer experiencia.
Caminar con
Secretaria general de la asociación de Betania de atención a víctimas de abusos, también hizo hincapié en la necesidad de acompañar sin “actitudes éticas ni morales, llenas de ‘deberías de’, deseos, sino actitudes que se transmiten en prácticas, como acercarse con empatía, validar, apoyar a los otros estando a su lado, caminando con ellos, sin invadir, maltratar ni abusar”.
También, advirtió de la necesidad de “respetar profundamente los límites, apoyando la configuración de los mismos, tomando absolutamente en serio, la libertad”. En este sentido, pidió a los congresistas y a la Iglesia “crear espacios seguros y poner en marcha procesos”.