“La paz entre el Estado y las FARC en Colombia, gracias a quienes lograron el acuerdo y gracias a la justicia transicional, ha traído a mi país cambios positivos y ha dado a la sociedad una nueva esperanza, a pesar de todas las dificultades”. Así lo ha dicho el sacerdote Francisco de Roux, presidente de la Comisión de la Comisión de la Verdad de Colombia, invitado por el Reino de Bélgica, ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.
Mientras en las regiones en conflicto, se vivió un paro armado de 72 horas este fin de semana, el sacerdote en el seno de la ONU destacó las virtudes de la justicia transicional. En 5 puntos ha resumido los alcances del acuerdo de paz: las víctimas, la verdad en la justicia transicional, la no repetición, la transición integral y el Consejo de Seguridad y la comunidad internacional.
Las víctimas en el centro
En un proceso de justicia transicional, la razón de ser son las víctimas. Esto pasa por hacer justicia sin venganza, sino restaurando tanto a víctimas como a victimarios.
“Un ejemplo de esto en mi país es la sentencia pedida por las víctimas para los exguerrilleros que digan la verdad y reconozcan responsabilidad en el crimen de once diputados de una asamblea territorial. Los victimarios deben tener ocho años de libertad restringida y construir con sus manos un colegio para dos mil niños”, ha dicho.
Otro de los grandes desafíos son los desaparecidos, en Colombia hay más de 100.000, por lo cual la Unidad de Búsqueda de Personas Desaparecidas acompaña a las familias en “la más cruel y concreta de las formas de romper al ser humano: desaparecerlo para siempre”, señaló el jesuita.
Pedir perdón
La no repetición de crímenes. Es el gran desafío de la Comisión de la Verdad en la transición, una transición constituida por programas de reinserción. “Para llegar a la no repetición, se requieren actos públicos de reconocimiento de la dignidad de las víctimas y de aceptación de responsabilidad por parte de los responsables”, ha expresado de Roux.
“La semana pasada, los exguerrilleros de las FARC pidieron perdón por el atentado terrorista en el que mataron con una bomba a 36 personas y dejaron 196 heridos en un importante club social, hace 17 años, en Bogotá”, agregó.
Cumplir con los acuerdos
Para que haya una verdadera transición integral –dice el sacerdote– es necesario “cuidar de la vida de los excombatientes y reincorporarlos a todos, dignamente, a la sociedad”, lo cual “exige conducir con visión y determinación, durante varios años, el proceso de cambios culturales, económicos y políticos de las estructuras”.
Además de esto, debe haber voluntad política de los gobiernos, por tanto “deben cumplir la totalidad del acuerdo e ir más allá, hasta la superación de todas las violencias políticas”, de lo contrario “crean dudas sobre la transición puesta en marcha, en la sociedad se recrudece la polarización que hubo durante la guerra”.
Apoyo internacional
Si bien “paz es responsabilidad de los ciudadanos de una nación”, también es un compromiso de la comunidad mundial, porque “se trata de conflictos con conexiones externas”.
Al respecto la justicia transicional se convierte “en una acción de alta ética internacional, dirigida al corazón de la tragedia humana, sin intereses de intervención política o militar”.
“Sin este apoyo internacional, no hubiera sido posible el fin de la guerra en los países que son tenidos en cuenta en este debate. Tampoco hubiera sido posible la transición en Colombia”, finalizó.
Foto: El Espectador