George Gänswein reapareció este domingo en la plaza de San Pedro para escuchar el ángelus del papa Francisco. El todavía prefecto de la Casa Pontificia acompañaba a unos amigos a rezar junto a Jorge Mario Bergoglio, pero, esta vez, el arzobispo y secretario personal de Benedicto XVI se encontraba lejos del Pontífice. El pasado 5 de febrero, la Oficina de Prensa de la Santa Sede justificaba la ausencia del arzobispo de las apariciones públicas del Papa debido a una “redistribución ordinaria de los diversos compromisos y funciones del prefecto”.
La realidad es que Gänswein ha sido la sombra de Francisco en sus ya casi 7 años de pontificado, pues es el responsable de las audiencias del Papa. Sin embargo, según avanzaba en exclusiva el diario alemán Die Tagespost el mismo 5 de febrero, Francisco le habría dado vacaciones indefinidas a Gänswein para pasar más tiempo con el papa emérito en el Monasterio Mater Ecclesiae de los Jardines del Vaticano.
Según confirman fuentes vaticanas al periódico germano, el arzobispo permanece en el cargo como jefe de la prefectura, sin embargo, ahora la sombra de Francisco en todos los actos públicos es Leonardo Sapienza –número dos de Gänswein– y no hay fecha para el regreso del arzobispo alemán.
El prelado llevaba varias semanas sin aparecer en los actos de la agenda de Jorge Mario Bergoglio. Este tiempo sabático llegaba solo unas semanas después de la polémica sobre ‘Desde lo más profundo de nuestros corazones’ (Fayard), el (no) libro sobre el celibato escrito a cuatro manos por el cardenal Robert Sarah y Joseph Ratzinger a pocos días de la aparición de la exhortación postsinodal sobre la Amazonía.
Una agria polémica
El pasado 15 de enero salió a la venta el libro de Sarah, prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. El 12 por la noche, Le Figaro publica la información sobre el libro coescrito por el Papa emérito y el purpurado guineano. “No nos podemos callar; el celibato es indispensable”, escriben, según todo parece, a dos voces, al mismo tiempo que alertan sobre “la crisis impresionante de la Iglesia”. Algunos sectores de Iglesia ven en esta publicación un intento de injerencia en el gobierno del papa Francisco sin precedentes, y poco usual de Joseph Ratzinger, quien prometió permanecer en silencio dejando claro que solo hay un Papa y es Bergoglio.
Con toda la polémica sobre la mesa, al día siguiente el Vaticano, 16 horas después de hacerse pública la noticia, decide responder a través de un editorial firmado por el director del Dicasterio de Comunicación, Andrea Tornielli. En el mismo, el periodista dice que el libro de Benedicto XVI y Sarah sobre el celibato es una contribución en “obediencia filial al Papa”. No obstante, recuerda que “el celibato sacerdotal no es y nunca ha sido un dogma”.
Cuando parece que la polémica ha tocado a su fin, un nuevo episodio esa misma noche. La obra, que se presenta como trabajada a cuatro manos con el cardenal Robert Sarah, no tendría la aprobación explícita del Papa emérito, tal y como confirma el entorno cercano a Joseph Ratzinger a diversos medios internacionales, desde Il Corriere della Sera a La Nación argentina, pasando por ABC y Cope–. “Benedicto es totalmente ajeno a esta operación editorial y mediática evidente”, sentencian los colaboradores del Pontífice alemán.
Cruce de acusaciones
Pocas horas después, Sarah sale a la palestra a través de su perfil personal en Twitter. “Esta noche doy las pruebas de mi estrecha colaboración con Benedicto XVI para escribir este texto a favor del celibato. Hablaré mañana si es necesario”, relata el purpurado, que adjunta tres imágenes de tres cartas del Papa emérito escritas a máquina y firmadas por él. En estas misivas, se corrobora que Ratzinger colaboró de alguna manera en el envío de unos textos al cardenal Sarah, pero no acabarían de confirmar si el Papa emérito dio su autorización expresa para publicarlos en un libro a cuatro manos ni conocería la versión definitiva de la obra conjunta.
Un día después, el cardenal volvía a insistir en que Ratzinger conocía todos los detalles del libro sobre el celibato. Lo hacía a través de un comunicado difundido a través de su cuenta de Twitter. “Benedicto XVI sabía que nuestro proyecto tomaría la forma de un libro”, aseguraba en el comunicado. Y añadía: “Perdono sinceramente a todos los que me han calumniado y quieren ponerme en contra de Francisco. Mi unión a Benedicto XVI sigue intacta y mi obediencia filial a Francisco es absoluta”.
El último capítulo tenía lugar horas después. Gänswein habría telefoneado al cardenal Sarah, según pudo saber Darío Menor, vaticanista de Vida Nueva. Gänswein habría pedido al cardenal guineano que hablara con los editores del libro para que retiren el nombre del Papa emérito como coautor del volumen y de la introducción y la conclusión, que ambos firman a cuatro manos.
Según confirmaba el propio purpurado en Twitter, acata la petición. “Considerando las controversias que provocaron la publicación del libro ‘Desde lo más profundo de nuestros corazones’, se decide que el autor del libro será para futuras publicaciones: Card. Sarah, con la contribución de Benedicto XVI. Sin embargo, el texto completo permanece sin cambios”, explicaba.