Un año después de la conferencia sobre protección de menores en la Iglesia católica celebrada en el Vaticano, una cita inédita que congregó a la mayoría de los episcopados del mundo, las víctimas de sacerdotes pederastas celebraron las últimas reformas de la Santa Sede para combatir esta lacra, aunque consideraron que todavía queda mucho por hacer.
“Estamos a medio camino, es lo mejor que se puede decir después de un año”, comentó Matthias Katsch –a la izquierda en la imagen–, superviviente alemán de religiosos pedófilos y uno de los fundadores de la red de asociaciones (‘Ending Clergy Abuse’, Fin de los Abusos del Clero). “Las víctimas están hablando más con la Prensa, que está informando sobre ello. Es un primer paso. Sabemos que la Iglesia por sí misma no va a cambiar las cosas, la opinión pública tiene que presionarla y para eso es muy importante que los supervivientes hablen”.
Pasos adelante
Katsch participó este lunes en una conferencia en la Asociación de la Prensa Extranjera en Roma junto a Anne Barret Doyle –a la derecha en la imagen– y Phil Saviano –en el centro en la imagen–, miembros de Bishopaccountability.org. Doyle, codirectora de esta organización estadounidense que destapa casos de abuso y encubrimiento en la Iglesia católica, aplaudió dos decisiones tomadas por el papa Francisco estos últimos doce meses para luchar contra la pedofilia eclesial.
La primera es la publicación el pasado mayo del ‘motu proprio’ ‘Vos estis lux mundi’ (Vosotros sois la luz del mundo), que obliga a los sacerdotes, religiosos y monjas a denunciar a sus superiores todos los episodios de pederastia de los que tengan conocimiento. La segunda es el fin del secreto pontificio en los procesos por casos de abusos a menores, de violencia sexual o de pornografía infantil, decretado el pasado diciembre.
Preguntas por responder
“Han sido dos pasos importantes, pero hay que ver el impacto que han tenido. En algunos países ha habido cambios y se han establecido comisiones, pero en otros parece que no”, lamentó Doyle.
El arzobispo Charles Scicluna, secretario adjunto de la Congregación para la Doctrina de la fe y el mayor experto con que cuenta la Santa Sede a la hora de combatir la lacra de la pederastia eclesial, comentó tras la abolición del secreto pontificio que la transparencia se había implementado “al más alto nivel” en la Iglesia católica, unas palabras que para Saviano “suenan bien” aunque “todavía quedan muchas preguntas por responder”.
Situación en España y México
Al hablar sobre cómo había cambiado la respuesta de los episcopados locales tras la conferencia del año pasado, Doyle puso como ejemplo la situación de España y México, entre otros países. Sobre el caso español, celebró el aumento de víctimas que se decidieron a hablar públicamente de sus experiencias gracias a la mayor atención mediática. “Es algo fascinante”, consideró la codirectora de Bishopaccountability.org, lamentando a continuación que los obispos sigan mostrando la “misma resistencia” para afrontar los abusos.
Criticó en particular las reticencias de los pastores para ofrecer información y las dificultades para que las víctimas consigan compensaciones, pidiendo además una revisión de los Acuerdos con la Santa Sede para acabar con el blindaje que, a su juicio, ofrece a los prelados. También mostró la carta de una víctima a la que se le negaba poder leer las actas de un proceso contra un sacerdote acusado de pederastia en virtud del secreto pontificio. “Sería interesante saber si ha tenido acceso después de la abolición de este secreto”, dijo.
Respecto a México, Doyle celebró la “mayor autoridad” con que cuenta el episcopado para “supervisar” cómo están respondiendo las diócesis a la crisis de la pederastia. No obstante, “sabemos muy poco” de los pasos concretos que se están dando, más allá de que hay 271 sacerdotes registrados como abusadores de niños y cinco presbíteros condenados por estos delitos.
Porcentaje de curas pederastas
Basándose en los datos de las naciones donde se han realizado estudios científicos, Katsch, Saviano y Doyle consideraron que el número de curas pederastas oscila según los países entre el 5% y el 10%. “Esto es una crisis mundial para la Iglesia católica y en la que estamos todavía dentro. No la hemos superado. El Papa ha tratado de cambiar algunas leyes y algunos aspectos, pero no ha tenido el impacto que se necesitaría en todos los lugares”, subrayó el superviviente alemán.
Aunque consideró a Francisco “una persona honesta”, confesó que no se fiaba de que ni él, “ni los obispos y cardenales hagan justicia, porque no lo han hecho en el pasado. Necesitamos comisiones independientes que investiguen lo que ha ocurrido”.