“Cordial y amable”. Así ha sido la entrevista mantenida el 6 de febrero por el presidente de la Asociación Infancia Robada, Juan Cuatrecasas, con el secretario general de la Conferencia Episcopal, Luis Argüello. Se trata del segundo encuentro entre representantes de esta asociación de víctimas de abusos con la jerarquía episcopal, tras el mantenido con el presidente Ricardo Blázquez en marzo de 2019, también a petición de esta organización.
“Hemos ido con respeto, prudencia y talante, porque no somos una asociación de hooligans, como algunos quieren hacer ver. No queremos terminar con la Iglesia ni quemarla. Muchos de los asociados seguimos siendo cristianos y creemos que tenemos mucho que decir en este tema. Este fue el planteamiento de inicio”, señala Cuatrecasas a Vida Nueva.
La presencia de representantes de las víctimas en la comisión antiabusos puesta en marcha por la Conferencia Episcopal o la compensación por los daños causados –“no pedimos limosna ni estamos aquí por dinero”, aclara–, fueron algunos de los temas abordados en su encuentro en Añastro.
Comunicación directa
“Nos hemos sentido escuchados en la medida en que Argüello ha dicho que quiere establecer con nuestra asociación un contacto estable de comunicación directa y que, en principio, no hay problema en aceptar esas propuestas. Es decir, no se negó a aceptar a una víctima en la comisión, pero no hemos firmado nada. Ha sido de palabra”.
Cuatrecasas insiste en la importancia de que haya víctimas en la comisión. “Tienen que estar para contar lo que ha pasado y lo que puede pasar. Su palabra es fundamental “, afirma el también diputado socialista, que cree que la mayoría de los protocolos diocesanos, salvo el de Madrid, “nos parecen insuficientes y, en muchos casos, elaborados con mala fe”.