“Soy argentina. Si los argentinos no nos citamos entre nosotros no nos cita ni Dios. Los argentinos tenemos a Messi y tenemos al papa Francisco. A mí me dijo: ‘Lucía, seguí haciendo lío (armando follón) y eso es lo que intento hacer”. Esta vivencia la compartió la religiosa dominica Lucía Caram en una visita a la academia del concurso televisivo Operación Triunfo.
Una hora de coaching emocional y espiritual en el que incluso los jóvenes participantes han compartido con la religiosa sus propias vivencias más personales. Tanto es así que muchos son los que han acabado llorando en la primera incursión de una monja en la academia –de hecho el encuentro sorpresa ha comenzado con la pregunta “¿Cuánto hacía que no veíais una monja?” lanzada por la dominica contemplativa–.
Transmisores de esperanza
La conocida monja acudió al programa gracias a uno de los profesores revelación de esta edición de 2020, Cesc Escolà, en preparador físico de los concursantes. “El éxito y el triunfo no es de un día para otro. Es dar la mejor versión de cada uno de vosotros”, es el consejo que más ha repetido Caram en su encuentro en el que ha recordado a las jóvenes promesas que son “referente para mucha gente; también para los que no tienen esperanza”. Por eso les ha pedido de que sean conscientes de su responsabilidad: “A nuestra sociedad la va a levantar gente como vosotros, no los que se han pasado la vida prometiendo cosas”.
“El secreto de la felicidad es amar la vida, compartirla y también entra lo de la competición, pero no la veáis como un chafar al adversario o al otro”, les ha recomendado en el concurso invitándoles a compartir. Además, les ha pedido que “no se olviden nunca de dónde vienen”. “Compartid, superaros y dad lo mejor de vosotros mismos”, añadió.
“Dad las gracias por lo que sois y por lo que tenéis, por quereros. Yo daría las gracias también por las correcciones que os hacen y que os hacéis entre vosotros. No podéis ser mediocres”, prosiguió aleccionando. Para Caram, “necesitamos gente que con pasión sepa superarse, que si somos un diez en una cosa intentemos también serlo en humanidad”, añadió tal como recoge la web de RTVE.
Experiencias compartidas
Además de aconsejar, la religiosa ha escuchado las vivencias de algunos de los concursantes como Anajú, que contó que fue una de las víctimas del atentado en La Rambla de Barcelona en 2017. Gèrard que desde Ceuta dedica algunos fines de semana a repartir juguetes a los más necesitados en Marruecos. Por su parte, Bruno ha roto a llorar al confesar que en su familia, tras salir de Uruguay y llegar a España, muchos días han comida gracias a las ayudas de Cáritas –de hecho espera que el voluntariado forme parte de su vida tras el concurso–, algo que secundó también la navarra Anne.
Tras compartir estas vivencias les ha lanzado el reto de componer una canción para su asociación ‘Invulnerables’ y les ha regalado una de las pulseras solidarias de esta. Además ha mostrado su satisfacción por la visita: “Me voy de este noviciado sabiendo que todos van a profesar”. Y es más, espera un segundo encuentro, pero ya en la clausura: “Cuando salgáis de aquí os invito a todos al convento y os hago un asado argentino”. Por cierto, la monja no ha disimulado sus preferencias por Flavio…
Esta es la hora y el momento de estrechar nuestras manos, de chocar los puños en señal de complicidad para ser todos un poco menos vulnerables, para ser todos #Invulnerables @OT_Oficial #Ot2020@FundlaCaixa @fundsantaclara @Padre__Angel pic.twitter.com/Yun5ikbbXq
— Sor Lucía Caram (@sorluciacaram) February 17, 2020