Hoy comienza en la ciudad italiana de Bari, hasta el 23 de febrero, el encuentro ‘Mediterráneo, frontera de paz’ reúne al papa Francisco con todos los obispos católicos de los países ribereños del Mediterráneo. Una iniciativa de la Conferencia Episcopal Italiana para fortalecer la aportación de las Iglesias cristianas a la paz y la esperanza desde el diálogo y la escucha mutua.
La fe, la fraternidad, la libertad religiosa, la guerra y la pobreza estarán sobre la mesa en una cita para dar voz a las víctimas del entorno del ‘Mare Nostrum’. Vida Nueva repasa 5 claves para entender la relevancia de este encuentro que en el que la Iglesia italiana ha concentrado todos sus esfuerzos y que el papa Francisco ha querido ir a clausurar el próximo domingo, 23 de febrero.
La ciudad del sur de Italia, en la que se reunirán 58 obispos y patriarcas, es la población de mayor tradición oriental al custodiar las reliquias de san Nicolás –además de ser geográficamente uno de los puntos situados más al este de la península–. En esa ciudad en la que se acogen actualmente cultos de las diferentes iglesias orientales y algunas tradiciones africanas que comparten, en ocasiones, templos cedidos por la Iglesia católica, se abrirá un nuevo espacio del diálogo.
Con una metodología flexible que permita la mayor participación de los jerarcas, en estos días se reflexionará con todos los temas vinculados a la paz, la fraternidad, la libertad religiosa, la relación entre la Iglesia y la sociedad y la situación en la que se encuentran las propias iglesias locales, puestas a prueba por problemas y desafíos similares…
Francisco convocó hace año y medio a todas las Iglesias cristianas a rezar por la paz. Una reunión a puerta cerrada de los líderes de las distintas confesiones y una oración ecuménica en el paseo marítimo fueron la agenda en una jornada para reclamar la paz en la región y condenar la persecución de los cristianos.
“Sobre Oriente Medio se ha ido concentrando una densa nube de tinieblas: guerra, violencia y destrucción, ocupaciones y diversas formas de fundamentalismo, migraciones forzosas y abandono, y todo esto en medio del silencio de tantos y la complicidad de muchos. Existe el riesgo de que se extinga la presencia de nuestros hermanos en la fe, desfigurando el rostro de la región, porque un Oriente Medio sin cristianos no sería Oriente Medio”, clamó aquel 7 de julio de 2018 el papa Francisco flanqueado por representantes de todas las iglesias de Oriente Medio.
El objetivo de este encuentro que clausurará el papa Francisco con la misa y el ángelus no es otro que “dar voz a las expectativas de los pueblos de todo el Mediterráneo”, según ha señalado el cardenal Gualtiero Bassetti, presidente de la Conferencia Episcopal Italiana. Un foro en el que compartir la experiencias de las iglesias locales para ser conscientes de la auténtica “forma de vivir y de ser Iglesia que da voz a las dificultades y expectativas de los pueblos frente al Mediterráneo”.
“El Mediterráneo debe volver a ser un lugar de encuentro de civilizaciones, un lugar de desarrollo del cristianismo, una frontera de paz. Hay muchas injusticias en las orillas del Mediterráneo, hay situaciones de guerra, pobreza extrema, refugiados. Actualmente, el Mediterráneo es un mosaico de problemas”, es el deseo del cardenal Bassetti inspirándose en las reflexiones del histórico político de la Democracia Cristiana Giorgio La Pira.
La Iglesia siente el desafío de responder a los problemas que se viven en torno al Mediterráneo –y los de quienes han quedado sumergidos para siempre bajo sus aguas–. Por eso, el encuentro busca encontrar un compromiso una “respuesta tranquila pero pastoral” por parte de la Iglesia, dice el presidente de los obispos italianos.
Respuesta que se plasmará en un documento final que, según el secretario de la Conferencia Episcopal Italiana, Stefano Russo, será el “fruto de esta escucha y síntesis del trabajo que en Bari trataremos de hacer con los obispos y que se recogerá para que se conviertan en palabras de paz”.
El rostro de la guerra y los enfrentamientos se viven de diferentes maneras en todo el arco mediterráneo. El papa Francisco con los patriarcas orientales denunció en el encuentro de 2018 que “es esencial que quien tiene el poder se ponga decidida y sin más dilaciones al servicio verdadero de la paz y no al de los propios intereses. ¡Basta del beneficio de unos pocos a costa de la piel de muchos! ¡Basta de las ocupaciones de las tierras que desgarran a los pueblos! ¡Basta con el prevalecer de las verdades parciales a costa de las esperanzas de la gente! ¡Basta de usar a Oriente Medio para obtener beneficios ajenos a Oriente Medio!”.
Algo que cobra rostro especial en los más indefensos: “En Oriente Medio, durante años, un número aterrador de niños llora a causa de muertes violentas en sus familias y ve amenazada su tierra natal, a menudo con la única posibilidad de tener que huir. Esta es la muerte de la esperanza”.