Vaticano

El último grito del papa Francisco: “¡Es urgente que cesen las atrocidades en los países que se aprovechan de las guerras!”

  • El Pontífice ha recibido hoy en audiencia a los benefactores de la asociación Pro Petri Sede
  • “Hay una necesidad urgente de poner fin a la explotación de los más pobres”, clama Bergoglio





“¡Es urgente que cesen las atrocidades en los países que se aprovechan de las guerras y los conflictos que empujan a muchas personas en el camino al exilio!”. Con este grito ha recibido el papa Francisco hoy en el Palacio Apostólico del Vaticano a los miembros de la asociación Pro Petri Sede, reunidos en Roma con motivo de su tradicional peregrinación.



Francisco ha exclamado también: “¡Hay una necesidad urgente de poner fin a la explotación de los más pobres!”. Lo hacía tras agradecer su constante apoyo. “Hoy nos enfrentamos a varios desafíos que conciernen a la familia humana y su Casa común. En el centro de nuestras preocupaciones, traemos el grito de angustia de los pueblos que sufren, en particular, las guerras, el desplazamiento de personas, la pobreza y la degradación del ecosistema”, ha indicado.

El Papa ha dejado claro que “la persona siempre debe ser defendida y protegida en su integridad y dignidad, sea cual sea su origen o estatus social”. Al mismo tiempo, ha denunciado que, “en la carrera desenfrenada por tener honores o poder, los débiles y los pequeños a veces son ignorados y rechazados”. Por esta razón, “la Iglesia, apoyando la opción preferencial por los pobres, depende de hombres y mujeres de buena voluntad e imbuidos del Evangelio para llevar paz y alegría al Resucitado a cada persona necesitada”, ha agregado.

Conversión ecológica

Durante su discurso, el Papa ha insistido en el cuidado de la Casa Común lanzando una vez más un llamamiento a una verdadera conversión ecológica.

Asimismo, el Papa ha agradecido a los benefactores “su testimonio de la vida cristiana, que se manifiesta a través de la generosidad y la atención hacia los demás”, y que “nos invita a todos hoy a luchar contra el clima generalizado de individualismo, egoísmo e indiferencia que amenazan tanto la paz entre los hombres como el medio ambiente”.

Antes de despedirse, Jorge Mario Bergoglio les ha invitado a “permanecer firmes en sus convicciones y fe, a ser una llama que traiga esperanza a los corazones de hombres y mujeres hoy”.

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