Después de su experiencia de hace un año en Guatemala, la cantante Rozalén y su inseparable compañera Beatriz Romero, quien acerca sus canciones a las personas sordas como intérprete de lengua de signos, vuelven a subirse al barco de la entidad jesuita Entreculturas. Y lo hacen, como entonces, para apoyar el programa ‘La luz de las niñas’, donde coincidirán, como en Centroamérica, con sus socios locales, el Servicio Jesuita a Refugiados (SJR) y Fe y Alegría, obras ambas de la Compañía de Jesús.
Esta vez viajan a Chad, donde pasarán once días, desde este 24 de febrero hasta el 5 de marzo. Allí, Entreculturas apoya a 13.107 niñas y adolescentes, trabajando fuertemente contra el impacto de la mutilación genital femenina, una lacra muy extendida en este país africano, padeciéndola en la actualidad hasta dos de cada cinco mujeres. Y lo hace de diferentes modos: con material para la higiene personal, impulsando letrinas y espacios seguros y, sobre todo, desde la formación, incluyendo un ámbito tan necesario en su contexto como el de la salud sexual y la reproductiva.
Espacios seguros
Como explica Entreculturas, un espacio clave en el país son “los Clubes de Niñas, espacios seguros donde las jóvenes pueden expresar libremente sus preocupaciones y dudas sobre la menstruación, los cambios físicos y emocionales que ocurren durante la pubertad, la prevención del embarazo precoz y la violencia sexual. Además, para sensibilizar a la comunidad y a las familias se convoca un fin de semana dedicado a las niñas, cuyo objetivo es concienciar sobre la importancia de la educación de las niñas y prevenir el matrimonio infantil”.
Desde su puesta en marcha, ‘La Luz de las Niñas’ ha atendido a 32.000 niñas y adolescentes en hasta 15 países. Un motivo más que suficiente para que Rozalén y Beatriz Romero, ambas muy concienciadas en la defensa de los derechos de los más vulnerables, se hayan volcado en el último año con el proyecto.
Con los refugiados
En Chad, entre otros sitios, conocerán las regiones de Guera y Ndjamena, así como los campos de refugiados de Goz Beida. Y es que estamos ante un país que sufre como pocos el drama migratorio, acogiendo a unos 400.000 refugiados que provienen de distintos puntos del Sahel en su intento de llegar hasta Europa. Otro reto pendiente es el de la formación, llegando la tasa de alfabetización a apenas el 31,8% de la población adulta. Algo que sufren de un modo especial las mujeres, consiguiendo superar el analfabetismo solo el 12,8% de ellas.
“Es un privilegio –declaran Rozalén y Beatroz Romero a la ONG jesuita– volver a viajar con Entreculturas, esta vez a un país de África. Viajamos con todos los sentidos abiertos y con muchas ganas de conocer cómo es el día a día de los campos de refugiados y poder dar voz. Se crea algo muy potente con la música, un vínculo muy especial. Las personas somos mucho más parecidas de los que pensamos y a todas nos preocupa nuestro futuro. Será un viaje duro, pero muy importante para nosotras”.
