El cardenal Ricardo Blázquez cierra ciclo. Cinco días antes de dejar su cargo como presidente de la Conferencia Episcopal Española, el arzobispo de Valladolid se reunía esta mañana con la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, interlocutora del Ejecutivo con la Iglesia. Los obispos pisan Moncloa por primera vez en esta primera legislatura de coalición en la historia de la democracia.
“Ha sido un encuentro muy cordial de despedida”, explicaba Blázquez a los periodistas a su llegada a la cadena Cope para presentar la biografía de José Luis Gago, el dominico que lo fue todo en la emisora episcopal. “No hemos tratado ninguna cuestión particular”, aclaró el presidente saliente sobre una cita que tuvo lugar a las once de la mañana. Además, se aventuró a desmentir que fuera meramente protocolaria. “No ha sido un encuentro corto”, aseveró el purpurado.
Lo cierto es que esta reunión que tuvo en carácter informal en el trato, refleja una vez más la normalidad que tanto el Ejecutivo de Pedro Sánchez como la propia Conferencia Episcopal quieren dar a las relaciones entre ambas instituciones. Con este gesto, también se visibiliza de puertas para afuera, pero también de puertas para adentro –aviso a candidatos a presidente y a electores–, de la impronta a seguir al margen de las discrepancias que se pueden dar en la agenda de los socialistas y Unidas Podemos que pasa, entre otras asuntos, por sacar adelante la ley de eutanasia, un nuevo régimen de fiscalidad para la Iglesia o que la asignatura de religión deje de contar para la nota, sea voluntaria y sin alternativa.
La también ministra de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática –esta última de sus funciones es a la que atañen las relaciones Iglesia-Estado– ha recibido en su despacho al cardenal arzobispo de Valladolid y le ha manifestado su interés por reunirse con el nuevo presidente de los obispos en cuanto se produzca el relevo, para lo que los prelados votarán el próximo 3 de marzo. Además, ha destacado la “cordialidad y fluidez en las relaciones” entre ambas instituciones.
Calvo ha alabado que Blázquez “siempre ha propiciado, tanto con este Gobierno como con el anterior Ejecutivo”, la cultura del encuentro. Por su parte, el purpurado ha insistido en “la cordialidad del encuentro, en el marco de las relaciones institucionales que buscan servir al bien común de la sociedad”, según ha expresado el propio Episcopado a través de un comunicado.
La vicepresidenta ha reconocido la labor del cardenal Blázquez al frente de la Iglesia española, cuando se dispone a dejar su cargo tras seis años llevando el timón de la Conferencia Episcopal. Asimismo, ha señalado que, en su persona, ha encontrado siempre a “un interlocutor muy sensible con todos los asuntos de interés mutuo, acorde con los tiempos y las realidades que vivimos”.
Durante el breve encuentro con los medios, Blázquez también fue preguntado por su relevo al frente del Episcopado y por las quinielas que se barajan como “jefe” de los obispos españoles. “Ya veremos la próxima semana”, se limitó a contestar el prelado.