Este Miércoles de Ceniza, el papa Francisco ha enviado un mensaje a los fieles de Brasil con motivo de la apertura de la Campaña de Fraternidad 2020, que en esta ocasión se celebra con el tema ‘Fraternidad y vida: don y compromiso’. Esta iniciativa, como ha recordado el Papa, se puso en marcha en el país hace más de cinco décadas, para anunciar, durante el periodo de Cuaresma, “la importancia de no separar la conversión del servicio a los hermanos y hermanas, especialmente a los más necesitados”.
“Durante cuarenta días, estamos invitados a reflexionar sobre el significado más profundo de la vida, seguros de que solo en Cristo y con Cristo encontramos una respuesta al misterio del sufrimiento y la muerte”, ha continuado el Papa, quien ha remarcado, además, que el lema de este año “trata precisamente del valor de la vida y nuestra responsabilidad de cuidarla en todas sus instancias”.
Iglesia samaritana
Así, la vida “es un regalo amoroso de Dios, que debemos cuidar continuamente”. Del mismo modo, y al ser testigos de “tantos sufrimientos que vemos crecer en todas partes, estamos llamados a ser una Iglesia samaritana”, ha hecho un llamamiento para superar la “globalización de la indiferencia”.
“Al igual que Dios, que escucha el grito de ayuda de los que sufren”, ha aseverado el Papa, “debemos abrir nuestros corazones y nuestras mentes para dejar que el clamor de los hermanos y hermanas necesitados necesiten ser alimentados, vestidos, alojados, visitados”.
Por todo ello, la Cuaresma se convierte en un momento favorable para que, “atentos a la Palabra de Dios que nos llama a la conversión, fortalezcamos nuestra compasión, nos dejemos desafiar por el dolor de quienes sufren y no podemos encontrar a nadie que los ayude”. Es, en definitiva, “un momento en que la compasión se realiza en solidaridad, en cuidado”.