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El Capítulo General de los Legionarios de Cristo establece la ayuda a las víctimas de abusos como parte de su misión

  • Para el nuevo superior general, John Connor, es necesario “afrontar con determinación nuestra historia y ayudar a sanar” a las víctimas
  • La aprobación de los documentos ‘Conversión y reparación’ y ‘Proteger y sanar’ consolida la política de tolerancia cero de la congregación





Continúa en Roma el Capítulo General de los Legionarios de Cristo. La congregación de origen mexicano ha vivido un intenso periodo de purificación y trata de recuperar su carisma redoblando sus esfuerzos para combatir los abusos sexuales en el seno de la Iglesia y de la institución. Cuestión a la que el máximo órgano de gobierno de la congregación no ha sido indiferente.



Cero abusos

Por ello, el capítulo ha pedido públicamente perdón a las víctimas –tras el informe publicado por la comisión encargada de investigar la cuestión–y ha agradecido el bien que han hecho a los Legionarios de Cristo y a la misma Iglesia católica con su valentía. Y, junto con las palabras, han asumido nuevos compromisos que ponen a las víctimas en el centro, y robustecen la ‘Política de Ambientes Seguros para la prevención y respuesta a acusaciones’ establecida en el Capítulo de 2014 con la publicación de los documentos “Conversión y reparación” y “Proteger y sanar” con los que se consolida la política de “Cero abusos” de la congregación.

El nuevo director general, John Connor, ha asumido el compromiso de “afrontar con determinación los abusos en nuestra historia como parte de nuestra misión y signo de la autenticidad de nuestra vocación”. Por ello, los legionarios “denunciarán o informarán a las autoridades de cualquier caso que pueda surgir, con el fin de salir al encuentro de las víctimas y restaurar la justicia”, según un comunicado, y los culpables por “encubrimiento o negligencia grave” en la atención a las víctimas no podrán ejercer ningún cargo.

“Gracias a esta política, estoy trabajando con los superiores provinciales para dar a conocer estos casos según los criterios que ha marcado el Capítulo General”, señaló Connor. En sintonía con las medidas del Vaticano, “conscientes de lo que hemos aprendido, hemos decidido seguir dando pasos firmes para avanzar en este camino que no tiene vuelta atrás”, aseguró.

“Nos hemos comprometido a afrontar con valentía, transparencia y justicia las consecuencias de los abusos sexuales que se produjeron en la historia de nuestra Congregación y que publicamos en el Informe 1941-2019”, aseguró. Sin embargo, confesó, “hasta ahora no hemos logrado atender a muchas de las víctimas de miembros de nuestra congregación, pero nos comprometemos en la medida de lo posible y respetando el espacio y los tiempos de cada una a recorrer caminos de reparación y reconciliación con cada una de ellas, sus familias y las comunidades afectadas. Sabemos que nos llevará muchos años”.

Conversión y reparación

El documento “Conversión y reparación” se dirige a las víctimas de abusos –comenzando con las de Maciel y los primeros 11 abusadores– y sus familias haciendo una explícita petición de perdón. Reconoce a la víctimas “como profética su denuncia en favor de la verdad y la justicia”. A la vez que les pide perdón por el dolor que padecieron, les agradece “el bien que hicieron no solamente a [la congregación], sino a la misma Iglesia”.

Invita a todos los miembros a un examen de conciencia sobre su compromiso para salir al encuentro con las víctimas, a la vez que reconoce “con dolor y vergüenza” carencias y errores del pasado. Reconoce como “aliados” para reparar daños y hacer el bien “a las autoridades civiles y eclesiásticas, a la sociedad, a los medios de comunicación y a los organismos especializados en la prevención de abusos y en la restitución de la justicia”.

Proteger y sanar

“Proteger y sanar” es un documento normativo que actualiza y amplía las normas de 2014. Busca “fomentar la sanación y reconciliación con las víctimas-sobrevivientes de abusos; refuerza las medidas de prevención y creación de ambientes seguros; garantiza respuestas rápidas, eficaces y pastoralmente oportunas para las señalaciones o acusaciones de abuso sexual; busca garantizar los procesos justos, así como la colaboración con otros organismos eclesiásticos y civiles para erradicar el flagelo del abuso sexual de menores”, según un comunicado de los legionarios.

Además, ofrece normas procesales para los casos de abusos de menores, como la apuesta por la transparencia como la “publicación de los nombres de los legionarios culpables de abuso”. También plantea penas de cara al encubrimiento o las negligencias en la atención a las víctimas.

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