“No necesitamos un príncipe, ni un gerente ni un patrón de fundo, que ya tenemos muchos. Necesitamos un hermano mayor, necesitamos un pastor convertido a los pobres que irrumpen a lo largo de nuestro país”, expresan hacia el final de la carta los Laicos y Laicas de Puerto Montt, agrupación local que forma parte de la Red nacional que ha organizado dos versiones del Sínodo Laical nacional autoconvocado y que han mantenido actitud crítica frente a los obispos considerando a muchos de ellos encubridores de sacerdotes acusados de abusos sexuales.
Fraternal bienvenida
La carta se inicia con una expresión que parece aquietar las inquietudes por posibles manifestaciones de rechazo al nuevo arzobispo: “Suponemos que nuestro común hermano Francisco, en el Vaticano, ha tenido importantes razones para designarte pastor en esta región. En fidelidad a él, te recibimos y te damos una fraternal bienvenida a este Pueblo de Dios del cual, ahora, también eres parte”.
Luego le describen rasgos de ese Pueblo de Dios destacando a las mujeres jefas de hogar “muchas ellas doblemente explotadas y violentadas (en su trabajo y en el hogar)”, y a “los jóvenes que luchan por un modelo que lo único que nos ha dado ha sido abusos tras abusos”. No dejan de señalar a las víctimas de abusos sexuales y de poder “donde la Iglesia diocesana ha tenido responsabilidad en estos hechos y donde esperamos que tú las acojas y escuches como lo haría Jesús”.
La arquidiócesis de Puerto Montt tuvo al mercedario Ricardo Morales como Administrador Apostólico durante un año y medio, período en el que se inició varios procesos canónicos y civiles por denuncias de abusos sexuales, además de medidas administrativas de mayor control económico en diversos organismos eclesiales, por irregularidades detectadas en la auditoría que contrató al momento de asumir su tarea. En entrevista con un medio de prensa local, aseguro que “nunca había visto un obispado con tal desorden administrativo”.
Investigaciones continúen
Sin embargo, el problema más complejo es el que originan las denuncias de abusos sexuales y de poder, que el Administrador también abordó con decisión. Respecto a esto, la carta del laicado al nuevo arzobispo expresa: “Nos preocupa sobre manera los casos de abusos sexuales en la iglesia y en especial en esta arquidiócesis. Te pedimos que todas las investigaciones en curso continúen su proceso canónico y civil para sacar a luz la verdad y se haga justicia a las víctimas. No quisiéramos por nada del mundo que con tu llegada se echara por tierra todo lo que nuestra iglesia avanzó con el padre Ricardo Morales, a quien solo le guardamos gratitud y cariño”, asegura la carta.
A continuación, agregan: “Necesitamos de tu parte “tolerancia cero” a toda clase de abusos, sexuales, de poder, de conciencia, económicos y financieros. Ello depende solo de tu compromiso con la verdad y la justicia. No olvides que en esto está en juego la credibilidad de nuestra iglesia y la fe de nuestro pueblo. Muchos y muchas ya se han ido. Recuperémosla como la oveja perdida. Vayamos por ella, te invitamos, pero con transparencia y lealtad. Y respecto a esto aclara al Pueblo de Dios todas las acusaciones de encubrimiento que recaen en tu contra”.
Esas acusaciones fueron recogidas al momento de anunciarse su designación, el 29 de diciembre, por el diario La Opinión de Chiloé, además de la declaración pública de la Red de Laicas y Laicos de Osorno que lo acusan de proteger al obispo Juan Barros.
Círculos de poder
Los laicos y laicas de Puerto Montt que integran la Red Laical local agregan en su carta que “aquí aún persisten sacerdotes que son reyes, que se olvidaron de ser profetas y servidores. Ellos han producido profundas divisiones en la Iglesia local. Te pedimos que tomes cuanto antes decisiones al respecto. El pueblo de Dios se dejará guiar por su pastor siempre que el pastor ame ante todo a sus ovejas, no a quienes intentan robarlas o matarlas”.
También piden a su nuevo pastor discernir “bien porque hay círculos de poder que seguramente querrán integrarse y que están haciendo un daño enorme a esta iglesia. Ellos son expertos en manipular la realidad. Oramos por ti. Oraremos por ti. Podemos orar juntos si lo deseas o necesitas, porque de las fuerzas del Espíritu Santo necesitarás permanentemente y nuestras comunidades imploraremos a nuestra Ruah claridad y decisión para ti”.
Finalmente piden que, en cuanto asuma como Arzobispo de Puerto Montt convoque a un sínodo arquidiocesano “para diseñar juntos las reformas eclesiales que tanto necesitamos. Estamos dispuestos a ayudarte en todo para esto”.
Aunque en un tono duro y crítico, la carta acoge al nuevo arzobispo y sus autores, laicos y laicas de la arquidiócesis integrantes de la Red Nacional, ofrecen su apoyo y colaboración para la renovación de la iglesia local, bajando con esto los temores a posibles manifestaciones de rechazo.
El día que se anunció esta designación, Ramos expresó a los medios de comunicación en Rancagua que a Puerto Montt “voy con mucho entusiasmo y con un deseo grande de aprender, voy muy atento para escuchar al pueblo de Dios, observar, conocer la historia, cuáles son sus desafíos y de cómo ponerme al servicio de los procesos que ya está funcionando”.