“La Iglesia lo único que pretende es un espacio que garantice a vivir, exponer y difundir el Evangelio”. Es el marco de actuación que el nuncio Bernardito Auza ha lanzado en en su estreno como embajador vaticano en una Asamblea Plenaria que elegirá al nuevo presidente de la Conferencia Episcopal Española.
En su saludo ante el órgano supremo que coordina a los obispos españoles, Auza ha hecho suyas unas declaraciones recientes del secretario general Luis Argüello: “En la sociedad no buscamos privilegios, pero tampoco aceptamos discriminación”.
Cultura del encuentro
Apenas tres meses después de aterrizar en nuestro país en los que se ha empapado tanto de la encrucijada sociopolítica como de la realidad de la Iglesia, el diplomático filipino instó a los obispos españoles a promover ante los poderes públicos y la sociedad “la cultura del encuentro” del Papa Francisco, o lo que es lo mismo, un “encuentro para dialogar en aras del bien común y la paz social”.
El nuncio agradeció el liderazgo del cardenal Ricardo Blázquez como presidente de la Conferencia Episcopal Española por su “actitud pronta, ecuánime y dialogante en su labor de representación”, pero no dio pista alguna sobre el perfil que busca Roma para su sucesor.
Toque de atención
Auza también puso sobre la mesa un agradecimiento a la Conferencia Episcopal por “los servicios instituidos” en aras de prevenir los abusos sexuales en el seno de la Iglesia, a la vez que dio un toque de atención para que se sumen todas las diócesis españolas a los protocolos marcados por Roma.
También sacó a colación el “exitoso” Congreso Nacional de Laicos celebrado hace dos semanas. Desde estas coordenadas, animó a la Iglesia española a continuar profundizando en la colegialidad y la sinodalidad desde “la mística del vivir juntos” proyectándose hacia “una dimensión social de la evangelización atendiendo a los necesitados y vulnerables”.
Tintes europeístas
Su alocución también tuvo tintes europeístas al recordar la reciente reunión de los Episcopados Europeos, donde se los prelados de todo el continente llevaron a cabo una apuesta firme por “la defensa de la vida y de la dignidad humana y de la familia” para poner unas bases firmes del continente.
No desaprovechó la “significativa oportunidad de saludarles como representante del Santo Padre en España” para agradecer la acogida “fraterna y calurosa” que es además muestra de los “vínculos de unidad entre la Sede Apostólica y las Iglesias particulares”. “Siento de verdad esta cercanía de corazón”, apostilló el embajador.