Los obispos ya han elegido a los obispos que llevarán el timón de la Iglesia española junto al presidente y vicepresidente de la Conferencia Episcopal, Juan José Omella y Carlos Osoro. Son los componentes de la Comisión Ejecutiva, el órgano colegiado que se encarga de abordar los asuntos ordinarios y de urgencia, además de ejecutar las decisiones de la Plenaria y de la Permanente.
De ahí su relevancia, en tanto que respaldan y supervisan el día a día la Conferencia y de la Iglesia en sus reuniones mensuales. Por razón de cargo, no solo están el presidente y el vicepresidente, sino también el secretario general, Luis Argüello. También se reserva una plaza para el arzobispo de Madrid, que en este caso no ha sido necesario por ser elegido vicepresidente.
Entre los nombres, se encuentran prelados de perfil diverso y visibiliza tanto la diversidad territorial como de sensibilidades existente en el Episcopado. Votados uno a uno a lo largo de la jornada de ayer, fueron saliendo en las papeletas algunos de los nombres que obtuvieron un respaldo significativo para la elección de presidente. Así, el primero en contar con el respaldo de la Asamblea Plenaria fue el arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz; al que siguieron después el obispo de Getafe, Ginés García Beltrán; así como el obispo de Bilbao, Mario Iceta. A ellos se unieron el obispo de Málaga, Jesús Catalá; el obispo de Ávila, José María Gil Tamayo y el obispo de Terrassa, Josep Ángel Sáiz Meneses.
Con la reforma de los Estatutos del Episcopado, el antiguo Comité Ejecutivo, que contaba con siete miembros, ahora se ha convertido en Comisión con nueve componentes. En esta nueva etapa salen de ese núcleo duro, además tanto el anterior presidente como vicepresidente, esto es, Ricardo Blázquez y Antonio Cañizares, así como el arzobispo de Zaragoza, Vicente Jiménez. Se estrenan por tanto en estas nuevas funciones los pastores de Getafe, Bilbao, Málaga, Ávila y Terrassa.