Las medidas de prevención frente al coronavirus se extienden por toda Francia y se siguen de forma rigurosa en el santuario que más católicos concentra, el de Lourdes. Las autoridades sanitarias de la región están en contacto diario con el santuario para aplicar las medidas que va decretando el Ministerio de Sanidad francés.
El santuario ha emitido 3 comunicados desde el pasado 28 de febrero hasta este martes, 3 de marzo, cuando se han establecido las medidas más amplias, a pesar de que no hay ningún afectado en la región pirenaica en la que se encuentra el complejo. Aunque la afluencia fuerte de peregrinos comienza con la Semana Santa, el santuario ya implantado algunas propuestas.
“En las circunstancias actuales, no hay medidas que impidan que un enfermo, que había planeado venir a Lourdes, lo haga”, aseguran desde el santuario, a la vez que confirman que en las hospitalidades se “aplican rigurosamente los conocimientos sobre higiene y seguridad”. A todos los visitantes se les recomiendan las medidas básicas como lavarse las manos y protegerse al toser.
En las enfermerías, confirman desde el santuario, se han reforzado los protocolos añadiendo más geles hidroalcohólicos, aumentando el número de veces que se limpian las instalaciones y otras medidas. Además, el complejo cuenta con suficiente personal médico formado para tratar con quien pueda haberse infectado.
La medida más visible es el cierre de las piscinas donde se bañan los enfermos. Aunque la propagación del virus a través del agua es muy “improbable”, las piscinas “son un lugar donde las personas están más expuestas porque están desnudas. Por lo tanto, como medida de precaución, el Santuario fomenta el gesto individual de mojarse personalmente la cara y las manos con el agua de la gruta que fluye de las fuentes”, señalan. Además, “los grifos se someten a un tratamiento viricida varias veces al día”, añaden.
Respecto al gesto de tocar la roca de la gruta, no habría problemas de contagio. En la eucaristía se ha suprimido el gesto de la paz, vaciado las pilas del agua bendita, la comunión se da en la mana y los sacerdotes deben comulgar por intinción.
Frente al celebraciones masivas, el santuario cumplirá la determinación de no realizar eventos con más de 5.000 personas. Así, se mantiene la procesión diaria de las antorchas, la bendición de los enfermos y adoración eucarística en la Basílica de San Pío X –aunque se contará a la entrada a los asistentes–, la misa internacional de los miércoles y domingos –duplicándose si es necesario–… También se han puesto dispensadores de gel en los confesonarios de la Capilla de la Reconciliación.