La Iglesia venezolana celebró la semana pasada en Caracas, con una muy nutrida participación de 650 personas, el Seminario de Prevención de abuso y la cultura del buen trato, bajo el lema ‘La Iglesia: una lugar seguro, responsabilidad de todos’, organizado por la Conferencia Episcopal, la Conferencia Venezolana de Religiosos (CONVER), el Centro de investigación y formación interdisciplinar para la Protección del Menor (Ceprome), Consejo Nacional de Laicos y la Confederación Latinoamericana de Religiosos (CLAR).
Eddy Omar Polo, presidente de la CONVER y promotor de este evento, conversó con Vida Nueva para hacer un balance y mirar las perspectivas del tema, sobre todo en una nación donde los abusos sexuales a menores en la Iglesia han sido el arma política que Nicolás Maduro ha tenido más a mano para atacar a la jerarquía católica.
“El gobierno ha querido manejar las situaciones según sus propios intereses”, señala el religioso en referencia a cómo el líder chavista y sus funcionarios han manejado el tema de los abusos en la Iglesia, por lo cual buscan “crear cortinas de humo para fijar la atención de los ciudadanos en otros temas en vez de los problemas más graves en el país”.
De lo que sí está seguro, que frente a estos ataques –solidarizándose con la cúpula episcopal– es que el papel de la Iglesia es “acompañar y ayudar, ver a Jesús en el rostro del necesitado, y eso duela a quien le duela”, por tanto el denunciar las injusticias y todo aquello que atente contra la dignidad humana “no es partidismo, ni política, es puro Evangelio”.
En este sentido frente a cualquier ataque o calumnia usada como arma política por parte de Nicolás Maduro y sus partidarios, lo mejor es “actuar con la verdad. La transparencia y la fidelidad son las mejores armas frente a los que quieren convertirse en enemigos de la Iglesia”.
Este seminario ha tenido una resonancia internacional. En el desarrollo del mismo –según cuenta el agustino recoleto– el acompañamiento del sacerdote Francisco Antonio Méndez, primer vicepresidente de la CLAR, ha sido “el signo más evidente de fraternidad” de este organismo continental de la vida consagrada.
“La CLAR, desde las conferencias nacionales, ha querido siempre impulsar este espíritu. Ha procurado seguir muy de cerca nuestras realidades latinomericanas y caribeñas, dándonos las herramientas para poder prevenir y erradicar todo tipo de abuso. Es una misión de acompañamiento y de impulso”, añadió.
Sin duda, el balance del seminario ha sido muy positivo, sobre todo “esperanzador dentro de la Iglesia venezolana que nos lleva a un compromiso y acción en sinolalidad”, ha dicho Polo. Mientras tanto esto “nos exige una conversión continua, una mirada a nuestras estructuras en que todos somos hijos de Dios, y por lo tanto hermanos”.
El compromiso asumido por todos es la de seguir formándose, por lo cual iniciarán en el corto plazo un programa de profesionalización de agentes pastorales para acompañar a las víctimas en contextos familiares.
Por otra parte, tanto a mediano como a largo plazo, se han propuesto “consolidar la comisión de prevención de abusos en conjunto con la Conferencia Episcopal, Conferencia de Religiosas y Religiosos y el Consejo Nacional de Laicos” como la celebración de un nuevo seminario, donde puedan presentar avances de lo que se ha dado en el país en esta materia.
Foto: CONVER