Cono Sur

El Episcopado argentino se manifestó nuevamente por la vida, desde la concepción hasta la muerte natural

  • Convocada por los obispos, se realizó hoy una jornada de celebración y oración por la vida y por las mujeres, a los pies de la Patrona de Argentina, la Virgen de Luján
  • De este modo, la Iglesia ratificó su posición con respecto al proyecto de legalización del aborto y el protocolo de interrupción legal del embarazo, impuestos por el Gobierno
  • ESPECIAL: Vida Nueva celebra en marzo el mes de la mujer





Los obispos de Argentina, se congregaron una vez más, para celebrar y proteger la vida. Convocaron a los fieles, en el Día Internacional de la Mujer, a la Basílica de Luján, bajo la consigna #SíALasMujeresSíALaVida



El presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, Oscar Ojea, obispo de San Isidro, presidió la celebración, acompañado por los miembros de la Comisión Ejecutiva: cardenal Mario Poli, Arzobispo de Buenos Aires; Marcelo Colombo, arzobispo de Mendoza; y Carlos Malfa, obispo de Chascomús. Estuvieron también el arzobispo de Mercedes-Luján, Eduardo Scheinig, el presidente de la Comisión Episcopal de Vida, Laicos y Familia, Pedro Laxague, y el encargado de negocios de la Nunciatura Apostólica, Aliaksandr Rahinia, entre otros obispos.

Sí a la vida, desde la concepción

El titular del episcopado, durante la homilía, expresó que, como afirma la Constitución Nacional, “no es lícito eliminar ninguna vida humana… La vida es el primer derecho y sin él no puede darse ninguno más”.

Hace una semana, en la apertura de las sesiones legislativas, el presidente de la Nación, Alberto Fernández, había afirmado: “El aborto sucede, es un hecho, y es solo esa hipocresía que a veces nos atrapa, la que nos hace caer en un debate como este”. Ahora, el titular de la CEA, en una clara respuesta a estos dichos, señaló: “Millones de argentinos y argentinas, creyentes y no creyentes, tienen la profunda convicción de que hay vida desde la concepción y que una persona distinta de su madre va desarrollándose en su seno. Es injusto y doloroso llamarlos anti-derechos o hipócritas”.

Recordando que ya existe una ley de educación sexual, Ojea confirmó el apoyo a la implementación de la educación sexual “verdaderamente integral que fomente y capacite la decisión libre de concebir una vida humana respetando los idearios de las instituciones educativas como lo afirma la Ley actual”.

También prometió acompañar “todas las políticas sociales que favorezcan la atención a la mujer embarazada, especialmente en situaciones de conflicto y de extrema vulnerabilidad”. Y agregó: “Ya lo estamos haciendo en muchas de nuestras comunidades”.

En el día de la Mujer

En un día de reinvindicaciones femeninas, la Iglesia argentina, por medio de su presidente, expresó: “Deploramos con todas las fuerzas de nuestro corazón la crueldad de los femicidios y todo tipo de violencia y discriminación ejercida contra las mujeres”.

También se manifestaron sobre los abusos: “Condenamos el abuso en todas sus formas sexual, psicológico, y de poder, cualquiera sea el ámbito en el que se produzca, en la familia, en el trabajo, la escuela, en la calle y dolorosamente lo decimos también en la Iglesia”.

“Adherimos a una política que reconozca en la sociedad la igual dignidad de varones y mujeres profundizando en las causas de la violencia de género generando nuevas pautas de conducta y de respeto“, afirmaron los obispos teniendo en cuenta este reclamo femenino.

La grieta

En un país con “altos niveles de pobreza e indigencia”, desnutrición infantil y falta de agua potable, los pastores expresaron que: “Es necesario discernir prioridades y no elegir temas que enfrenten a los ciudadanos de a pie”.

Proponen, ante una sociedad argentina tan convulsionada por la famosa “grieta”,  el diálogo como camino para los debates sociales,  con el finalidad de analizar la complejidad de las situaciones desde el respeto, el discernimiento y la razón, y no desde la dialéctica emocional de quien se impone y silencia al que piensa y siente distinto”.

El titular de la CEA, en nombre de todos los obispos, solicitó un diálogo respetuoso para el debate del aborto. Consideró que la descalificación y la estigmatización no hacen más que profundizar las divisiones entre los argentinos. “Sin fraternidad no hay pueblo. Si no hay fraternidad, siempre habrá buitres dispuestos a rapiñar nuestro país”, puntualizó.

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