Ni una misa ni un funeral público en Italia hasta el 3 de abril, Viernes de Dolores. El Decreto del Gobierno que entró en vigor ayer ordena que se suspendan todas las “ceremonias civiles y religiosas, incluidas las ceremonias funerarias” en todo el país de forma temporal y deja, por tanto, en el aire, el reestablecimiento de la normalidad ante la Semana Santa.
Así lo refrenda un comunicado emitido por la Conferencia Episcopal Italiana en que “comparte la preocupación común ante la emergencia sanitaria que afecta el país”. Los obispos italianos aceptan y secundan la medida del Ejecutivo “dentro de una relación de colaboración” para “contrarrestar la propagación del coronavirus”.
La decisión tiene lugar en una jornada dominical en la que se han aislado 15 provincias del norte del país después de que se hayan superado los 7.300 casos positivos en Italia y se ha llegado los 366 muertos víctimas de la epidemia.
“Es una medida altamente restrictiva”, valoran desde el Episcopado, y reconocen que su aplicación genera “sufrimiento y dificultades en los pastores, sacerdotes y fieles”. “Aceptar el Decreto está motivado únicamente por el deseo de contribuir a la protección de la salud pública”, añade el comunicado.