“Estamos viendo el dolor de nuestro pueblo” es el título del comunicado firmado por los seis obispos de los departamentos de Cauca y Nariño, en Colombia, tras una reunión que sostuvieron a finales de la semana pasada en el municipio de Guapi, en la que analizaron críticamente la coyuntura que vive la región, como se lee en su profético mensaje.
Si hay una región particularmente golpeada por la violencia, y que en los últimos meses ha cobrado la vida de decenas de líderes sociales –a pesar de la firma de los acuerdos de paz–, es justamente el Suroccidente y el Pacífico colombiano.
Abandono del Estado
De ahí que en el mensaje de los obispos se describa el “sufrimiento de nuestros pueblos”, que se expresa en el abandono, por parte del Estado, de sus ciudadanos, lo mismo que “en el incremento del número de homicidios, los continuos enfrentamientos de los grupos armados que pone en riesgo la vida de las comunidades, el reclutamiento de niños y jóvenes” (por parte de estos grupos), y la corrupción e inestabilidad política en algunos de los municipios de la región.
También la Iglesia manifiesta su preocupación frente a las permanentes amenazas y el “deterioro” del medio ambiente, como se constata en “la tala indiscriminada de los bosques para la expansión de cultivos ilícitos”, así como en “el daño a los sistemas hídricos por la contaminación producida por la minería ilegal“.
De hecho, el incremento de cultivos ilícitos en las comunidades y la posibilidad del reinicio de la fumigación, para contenerlos, ha llevado a los pastores a afirmar que “frente a las complejas problemáticas que vivimos en el territorio, se deben implementar soluciones estructurales lideradas por el Estado y con el compromiso de la sociedad civil“.
Rechazo al secuestro
Por otra parte, la Iglesia ha alzado su voz para clamar por el respeto de la vida humana, la libertad y la movilidad en los territorios, al rechazar “el fenómeno del secuestro que vivimos en nuestra región, de manera especial el sucedido en los últimos días en el municipio de Guapi”.
En este sentido, los pastores han solicitado el retorno inmediato de los retenidos al seno de sus familias, al tiempo que piden “a las autoridades y a toda la ciudadanía en general para que juntos protejamos la vida y hagamos nuestro mejor esfuerzo en la misión que se nos ha encomendado”, solicitando, incluso, la intervención de organismos nacionales e internacionales para mediar en la pronta liberación de los secuestrados.
El comunicado ha sido firmado, el pasado 7 de marzo, por los obispos de Popayán, Luis José Rueda Aparicio; Pasto, Julio Enrique Prado Bolaños; Ipiales, José Saúl Grisales; Tumaco, Orlando Olave Villanoba; Tierradentro, Oscar Augusto Múnera; y Guapi, Carlos Alberto Correa, pertenecientes a la provincia eclesiástica de Popayán.