Mujeres-Iglesia presentes en la histórica manifestación de mujeres en Chile

Con ocasión del Día de la Mujer y en el contexto del movimiento social iniciado en octubre, que continúa activo, este domingo tuvo lugar una de las más multitudinarias marchas realizadas en Chile: casi 2 millones de mujeres colmaron las avenidas Providencia y Alameda durante varias horas. En muchas ciudades del país se replicaron marchas similares.

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Aunque el Gobierno y los medios de comunicación intentan minimizar el acto y calificarlo de ‘político’, su magnitud supera esos intentos.

Igualdad de derechos

En medio de esa multitud, un grupo de integrantes de la organización “Mujeres-Iglesia” portando un lienzo con la leyenda “Mujeres Iglesia: sacerdotisas, profetas y reinas” caminó desde la ahora llamada ‘Plaza Dignidad’ hasta la sede del gobierno, La Moneda. Con ellas muchos grupos cristianos de comunidades parroquiales y movimientos, organismos de solidaridad y derechos humanos, también marcharon portando letreros con textos que reclaman igualdad de derechos, fin al clericalismo y patriarcado al interior de la institución eclesial.

Un centenar de laicas, laicos, religiosas y religiosos integran la Coordinadora de Paz y Justicia. En su acompañamiento diario a quienes se manifiestan pacíficamente en la Plaza Dignidad han ganado un lugar reconocido y esperado: cada domingo a las 18 horas celebran la eucaristía, allí, en la plaza.

Cese la represión

Durante la manifestación que tuvo lugar el pasado viernes 6, hicieron una interpelación a los carabineros que dice: «Hermana y hermano carabinero: queremos que llegues a tu casa y abraces a tus seres queridos. Que seas parte de este despertar por la dignidad de Chile, porque no estás obligado a disparar a tu pueblo, no estás obligado a hacerle daño. Tu corazón te lo dice: no dispares a tu pueblo, no maltrates, no violes, no lleves detenidos, no atropelles, no tortures. Hermana y hermano carabinero, que puedas llegar a viejo siendo parte de la dignidad de Chile y no de quienes impidieron este pacto de justicia”.

El sacerdote jesuita Pablo Walker, integrante de la Coordinadora, a través de un parlante, animó esa tarde una oración acompañado de todo el grupo. A continuación, dijo a los policías presentes en el lugar: «Dice el Dios de Jesús: no matarás, no destruirás la vida de tu hermano. Dice el Dios de Jesús, no torturarás, no violarás. Dice el Dios de Jesús: no le hagas daño a Caín. Dice el Dios de Jesús: dirás la verdad. Dice el Dios de Jesús, no harás montajes. No será necesario humillar al pobre, serás parte de su dignidad, porque el pobre solo exige lo que es justo. En nombre del Dios de Justicia: ¡cese la represión!»