Tan solo unas horas de que el Gobierno anunciara el estado de alarma en todo el país, la Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal Española no deja lugar a dudas: “Las procesiones de este tiempo han de suprimirse”. Así se manifiestan los obispos españoles a través de un documento ante “la preocupación máxima por la gravedad de la situación creada en todos los lugares y actividades, que sigue experimentando un crecimiento exponencial”. “Esta situación nos convoca a una creatividad pastoral para ayudarnos unos a otros a vivir la Cuaresma y la Semana Santa de una manera nueva”, comentan los prelados.
“Bajo el nombre de Orientaciones ante la situación actual”, los prelados, con el presidente del Episcopado, Juan José Omella, al frente, se solicita a todos los cristianos seguir “los consejos y las decisiones que desde el Gobierno, el ministerio de Sanidad y las comunidades autonómicas se están indicando”.
Los obispos piden a todos los fieles “caridad activa para no exponernos al contagio ni ser cauce del contagio a otros”. En este sentido, se suspenden, no solo las procesiones, sino las catequesis presenciales y yodo tipo de encuentros en templos y dependencias diocesanas.
¿Y la misa? “Mientras dure esta situación de emergencia recomendamos seguir la celebración de la eucaristía en familia por los medios de comunicación”, expresa en el documento. En caso de participar, se insta a hacerlo evitando cualquier tipo de concentración. Es más, “de manera extraordinaria, se recomienda recibir la comunión en la mano”.
Eso sí, “los templos pueden permanecer abiertos para la oración personal e invocar al Señor los dones de la sabiduría y fortaleza para vivir este momento”. En relación a funerales y exequias, se recomienda que participen únicamente los familiares y personas más allegadas.
El sacramento de la confesión, apunta la Conferencia Episcopal, “podría celebrarse en espacios o ámbitos que aseguren la intimidad y la distancia de seguridad recomendada por las autoridades sanitarias”. “Los presbíteros estamos llamados a ofrecer medios para preparar la celebración en casa, tiempo y espacios adecuados para ofrecer la Misericordia a quien la solicite en este singular tiempo cuaresmal”, añade el documento.
Junto estas medidas prácticas, los obispos invitan a los cristianos a estar “unidos en la oración” en lo que consideran “un tiempo de creatividad espiritual y pastoral”. Así, instan a que sus plegarias se centren en “quienes están padeciendo la enfermedad, por sus familiares y amigos”
“Que los esfuerzos realizados para contener la propagación del coronavirus se acompañen del compromiso de cada fiel para el bien mayor: el cuidado de la vida, la derrota del miedo, el triunfo de la esperanza”, desean los pastores de la Iglesia española.
Los obispos también hacen un llamamiento a fomentar “la solidaridad en el cuidado a las personas más débiles y necesitadas de ayuda, enfermos mayores y solos”.