“¡Hay tantos que están en la casa de la Iglesia que se creen los patrones!”. Es la denuncia que lanzó Francisco esta mañana en la eucaristía presidida en la capilla de Santa Marta. El Papa señaló directamente a los “doctores de la ley” que juzgan y condenan a los cristianos que dialogan con los no creyentes, con los diferentes, a quienes acogen a los alejados como el padre del hijo pródigo a su hijo que regresa.
A la luz de esta párabola, el Papa llamó la atención sobre la figura del hijo mayor apuntó que “se indignó y sintió desprecio” porque “pensó que su hermano menor ya no era de casa y, a veces, los doctores de la ley, piensan así”. “Vivía en casa, como si fuera un albergue, sin sentimiento de paternidad, tenía el corazón blindado”, añadió.
“Hay gente de Iglesia que critican a quienes se acercan a las personas necesitadas, a los humildes, a las personas que incluso trabajan para nosotros… Que el Señor nos ayude a descubrir el problema: vivir en casa, pero no sentirse en casa, porque no existe una relación de fraternidad, de hermandad, sino de compañeros de trabajo”, explicó.
El Papa detalló cómo Jesús pronuncia la palabra precisamente para “los doctores de la ley” que vigilaban todo lo que decía, aquellos que “murmuraban” a su alrededor intentando “cancelar la autoridad que tenía Jesús sobre la gente” porque comía con los pecadores, porque, según ellos, “era impuro”.
“A veces puedo llegar a creerme que soy un doctor universitario, que sé bien lo que dice la ley y conozco toda la casuística, y desprecio a la gente”, lamentó el Papa, que contrapuso la figura de un Jesús que acompaña, que es uno más entre el pueblo: “La gente necesita de una guía, de un pastor y la gente se acerca a Jesús porque ve en él un pastor. La gente necesita ayuda para vivir”.
Así recordó cómo el padre del relato evangélico “sabe sufrir en silencio, guarda los tiempos, deja pasar los malos momentos, muchas veces la actitud del padre es hacerse el tonto ante la falta de los hijos”. “El padre sabe esperar el tiempo del hijo”, subrayó, fruto de “su ternura y mucho amor”.
Como todas las mañanas, desde el pasado lunes, Francisco ofreció la eucaristía por los enfermos de la pandemia del coronavirus. “Hoy quisiera pedir una oración especial por las familias, familias que de un día para otro se quedan encerrados en casa y que de un día para otro tienen que gestionar una situación difícil, con paz, con alegría. De modo especial pienso en las familias con personas con discapacidad”, imploró. “Para que no pierdan la paz en estos momentos y lleven adelante a la familia con fortaleza y alegría”, insistió.