La Madrugá, cada vez más difuminada. Y no solo la Madrugá. Todas y cada una de las procesiones de Semana Santa en Sevilla y en todo el país. En el epicentro de la mayor manifestación de piedad popular de nuestro país, dan por hecho que este año ninguna cofradía ni hermandad podrá salir a la calle por la expansión de coronavirus. Solo falta la confirmación oficial para que se repita la escena vivida en 1933, durante la Segunda República, cuando todas las imágenes tuvieron que quedarse en sus templos.
- Regístrate en el boletín gratuito y recibe un avance de los contenidos
- Consulta toda la actualidad de la Iglesia sobre el coronavirus
Y ahí es donde se espera hoy un comunicado a tres bandas entre el Arzobispado de Sevilla, el Ayuntamiento y el Consejo de Cofradías. A última hora de la tarde de ayer, la Conferencia Episcopal fue contundente tras anunciarse el estado de alarma: “Las procesiones de este tiempo han de suprimirse”. Poco antes de que los obispos españoles tomaran esta y otras medidas para colaborar en la lucha contra el COVID-19, el arzobispado de Sevilla emitía un comunicado en el que instaba a suspender “las celebraciones públicas de piedad popular en este tiempo de Cuaresma, previo a la Semana Santa, como vía crucis, retiros, conferencias y charlas cuaresmales”.
A tenor de lo que nos espera
De esta manera, el arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo, manifestaba poco después sobre la cancelación de las procesiones que “mucho me temo que es una decisión que hay que tomar, a tenor de los que nos espera con el estado de alarma”.
El presidente Consejo de Hermandades y Cofradías de Sevilla, Francisco Vélez ya admitía anoche sobre la supresión de las estaciones de penitencia que “es algo que cualquier tiene claro. Lo más adecuado es suspenderla”. A la espera de dar un paso al frente definitivo, en un mensaje dirigido a todos los hermanos mayores les llamó a no tomar “ninguna iniciativa a título particular sobre vuestras salidas procesionales para que todos estemos coordinados”.
Más allá de su trascendencia desde el punto de vista devocional, la Semana Santa genera solo en la ciudad de Sevilla un impacto de 400 millones de euros. De ahí que el alcalde de la capital andaluza, Juan Espadas, esté demorando la toma de decisión, aunque también dan por hecho que tendrán que posponer la Feria de Abril.
