La Ciudad de la Esperanza (CIDES), en Aldaia (Valencia), vive esta crisis del coronavirus en clausura con 155 personas sin hogar y en riesgo de exclusión social. El recurso de Cáritas Valencia está “al pie del cañón” y cumpliendo “todas las medidas preventivas establecidas por las autoridades, lo que implica que no puede entrar ni salir ningún usuario en las instalaciones”, explica a AVAN el sacerdote Vicente Aparicio, director de la entidad.
De esta forma, “mantenemos toda la atención a nuestros usuarios, con edades entre los 18 y los 65 años y de más de 30 nacionalidades, con el servicio de comedor y las habitaciones donde pernoctan, les hemos explicado la situación y estamos atentos al cumplimiento de todas las medidas preventivas”, añade.
Entre otras medidas aplicadas, tanto en el comedor como en el resto de instalaciones “se mantiene la distancia de seguridad, a la hora de la comida entregamos la merienda para evitar repetir colas y se sirve el agua en las mesas”, sostiene Aparicio.
Respecto a las clases de informática, alfabetización y español, “hemos tenido que suspenderlas y hoy decidiremos la conveniencia de continuar con los talleres”, sostiene el sacerdote. Por otro lado, subraya que los usuarios “son respetuosos con la situación y a todos, musulmanes y cristianos, les animo a rezar para que todos tengamos salud”.