“Negar la realidad biológica de la diferencia sexual y redefinir algo tan fundamental como el hombre y la mujer no está dentro del alcance del Gobierno o los parlamentarios”, han subrayado los prelados en un comunicado
Los obispos escoceses han respondido, por medio de un comunicado publicado en su página web, a la consulta del Gobierno sobre un nuevo proyecto de Ley, por el cual se pretende reformar el reconocimiento de género en Escocia. Así, los ocho prelados católicos del país se han opuesto, de forma unánime, a la propuesta, argumentando que, en una sociedad “con un número creciente de voces”, la Iglesia considera que “el sexo o el género no pueden reducirse a una mera construcción de la sociedad fluida y cambiante”.
“Negar la realidad biológica de la diferencia sexual y redefinir algo tan fundamental como el hombre y la mujer no está dentro del alcance del Gobierno o los parlamentarios”, continúan, añadiendo que “al igual que el matrimonio, es parte de la ley natural: un principio inmutable de la existencia humana”.
“El sexo está constituido por la organización biológica y el funcionamiento reproductivo, y es reconocido al nacer, no asignado”, argumentan, subrayando que, por este motivo, el Gobierno no debe proceder con “reformas legales radicales ni exponer a los niños a tratamientos radicales”, ya que es un tema que “requiere precaución y sensibilidad”.
Sin embargo, los obispos reconocen que “la disforia de género es una condición que puede causar una angustia y ansiedad significativas”. “El Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, de la Asociación Americana de Psiquiatría, continúa reconociendo la disforia de género como una afección médica genuina y problemática”, subrayan, señalando que, al desmedicalizar la transición legal y pasar a un modelo autodeclarativo, como se propuso en la consulta, “la sociedad puede fallar en proporcionar el apoyo necesario para las personas afectadas por la disforia de género en cuanto a su relación con profesionales de la salud”.
“La desmedicalización elimina una protección vital para las personas vulnerables, exacerbada por la propuesta de reducir el tiempo que se requiere que una persona viva en su género adquirido de dos años a solo tres meses”, aseveran. “Al apoyar estos cambios, el gobierno escocés corre el riesgo de fallar a las personas vulnerables”.
Asimismo, los obispos concluyen que los cambios propuestos “corren el riesgo de crear complicaciones médicas, sociales y legales que serán difíciles de resolver y perjudicarán a los involucrados, especialmente a los niños y a las mujeres”. Por consiguiente, afirman que han enviado un escrito a la ministra principal, Nicola Sturgeon, destacando las preocupaciones del episcopado e instándole a que “no proceda con el Proyecto de Ley de Reforma de Reconocimiento de Género”.