En tiempos de coronavirus la solidaridad no se hace esperar. Es el caso del padre Julio Lancelotti, párroco de la San Miguel Arcángel de la Mocca, una jurisdicción ubicada en el este de São Paulo (Brasil), que ha dispuesto de un espacio para atender a habitantes de calle, que según el sacerdote “son más susceptibles a la propagación” de esta enfermedad, pues “no tienen acceso a medidas básicas de protección”.
Se trata de la Casa de atención a habitantes de calle, que el propio Lancelotti –quien también es responsable episcopal de la dimensión de personas en situación de calle– construyó con el dinero que el cardenal Paulo Evaristo Arns, el entonces arzobispo de São Paulo, recibió de un premio, en Japón, por la fundación Niwano en 1994.
En este espacio, los ciudadanos habitantes de calle podrán lavarse las manos, usar alcohol en gel, tomar medidas de aseo personal como ropa limpia, lugares limpios para dormir, porque a juicio del párroco afuera “no hay medidas básicas de acceso a la higiene”.
Según datos de la Secretaría Municipal de Asistencia Social de São Paulo “esa población callejera es de 24 mil personas”, de los cuales “2.211 son personas mayores de 60 años o más”, un grupo del alto riesgo ante el Covid 19.
“Dos personas del Departamento de Salud nos visitaron, vieron el espacio, y lo vieron con alguna posibilidad de adaptación y cuentan con esa posibilidad si es necesario”, ha dicho el sacerdote.
Foto: Revista Trip