“En estos días, hemos seguido los ejercicios espirituales a la manera de San Ignacio de Loyola a través del uso de la aplicación Skype, para que todos pudiesen unirse a la oración”. Así ha explicado a la Agencia Fides el jesuita Anthony Corcoran, administrador apostólico de Kirguistán, la iniciativa de los obispos de Asia Central al tener que suspender sus últimos ejercicios espirituales por la pandemia del Covid-19.
El encuentro de los prelados tendría que haberse llevado a cabo del 9 al 16 de marzo en Turkmenistán. Sin embargo, ante la rápida propagación del virus y como medida de precaución, se optó por cancelarlo. Del mismo modo, siguiendo la petición del gobierno de Uzbekistán, las celebraciones de la Iglesia local también han sido suspendidas.
Así, os obispos de Asia Central han celebrado los ejercicios de forma personal, cada uno desde su docimilio, pero siempre unidos en la oración, sobre todo por los afectados por esta crisis sanitaria mundial.
“Decidimos cancelar el encuentro, pero reflexionamos y rezamos intensamente aquí en Bishkek con los jesuitas, especialmente por todos los que están en Italia, encerrados en sus hogares o en una cama de hospital y por los enfermos de todo el mundo”. “Quiero decirles”, continúa el jesuita, “que el coronavirus no tendrá la última palabra, será Jesús quien la tenga”.