Con un mensaje dirigido a los fieles, los obispos uruguayos expresaron que han tomado medidas inéditas y muy dolorosas “para los hombres y mujeres que tenemos fe”, en sintonía con hecho por el Papa y otros obispos, y acompañando las decisiones del gobierno.
Por este motivo, han suspendido las misas con la presencia de los fieles. Sin embargo, los consuela saber que pueden unirse de corazón al sacrificio de Cristo, viviendo la comunión espiritual, que es una gran fuente de gracias.
En esta cuaresma especial, “con el coronavirus afectando a tantas personas en el mundo entero”, animan a percibir esta situación como distintos llamados: a la humildad, a la oración, a la confianza, al amor, a la gratitud y a renovar el amor eucarístico.
Un llamado a la humildad. Los obispos expresan: “un virus, un organismo microscópico, aparece de pronto y hace tambalear a la humanidad”. Hace colapsar sistemas de salud, pone en jaque la economía, temblar las bolsas y sentimos nuestra condición humana limitada ante la enfermedad y la posibilidad de la muerte. “No deja de ser todo esto un fuerte llamado a la humildad”, manifiestan
Un llamado a la confianza. Los prelados creen que tomar conciencia de nuestra fragilidad no nos desasosiega, sino que nos anima a confiar más en Dios. La respuesta del creyente está, desde siempre, expresada en numerosos salmos que invitan a la confianza en Dios.
Un llamado a la oración. En el mensaje, confirman que quien reza espera, se sabe necesitado, y tiene esperanza. En tiempos de fragilidad y de confianza, volvemos el corazón a Dios. Por eso, invitan a a escuchar, meditar y hacer oración con la Palabra de Dios para que ella vaya evangelizando nuestra forma de sentir y de pensar, ayudándonos a discernir lo que El nos pide en este momento concreto de la historia.
Un llamado al amor. Afirman que “este llamado es para todos”, un llamado a no caer en actitudes egoístas, a compartir lo que tengo con el hermano, a sembrar esperanza y confianza. “Queremos ver en el otro a un hermano, ver en el que sufre al mismo Cristo”, dicen.
Un llamado a renovar el amor a la Eucaristía. “La ausencia de la celebración comunitaria nos llama a valorar más la vida fraterna de nuestras comunidades”, revelan los obispos. Consideran que esta abstinencia nos puede hacer sentir hambre de Eucaristía y aumentar el deseo de volver a encontrarnos con Jesús sacramentado, sobre todo, en el año que celebrarán el V Congreso Eucarístico Nacional.
Un llamado a la gratitud. Opinan que esta es una oportunidad para ser agradecidos con muchas personas que aportan soluciones, atienden enfermos y prestan servicios a quienes lo necesitan. También agradecen a Dios, “en la certeza de que, junto a Él, podremos cosechar dulces frutos de este tiempo doloroso”.
Los obispos del Uruguay manifiestan que el camino cuaresmal culmina en la Pascua, donde Cristo vence definitivamente al pecado y a la muerte. “Él es el Señor de la historia, en Él fijamos nuestra mirada dolorida pero llena de esperanza”
Invitan a perseverar y encontrarse en la oración constante e insistente, como hacían los discípulos con María. “En estos momentos de dolor y ansiedad, Ella como buena madre, pone alivio y calma. Hacia Ella dirigen la mirada y la invocan: “Purísima Virgen de los Treinta y Tres, ruega por nosotros”.