De esta situación de emergencia saldremos todos más unidos como sociedad. Y también diferentes, no tengo ninguna duda”. La pandemia del coronavirus no ha restado actividad al cardenal polaco Konrad Krajewski, limosnero apostólico, que sigue “con muchas cosas que hacer”, pero concede unos minutos de conversación telefónica a Vida Nueva.
“Seguimos abiertos. Continuamos con normalidad, aunque con el lógico respeto de las normas de seguridad. También los comedores para indigentes permanecen abiertos, pero ahora, para evitar los contagios, ya no se puede consumir la comida en una mesa. La entregamos en una bolsa”.
¿Y tiene miedo?
Krajewski insiste en que “todas nuestras iniciativas caritativas funcionan”, aunque la oficina de la Limosnería esté cerrada temporalmente desde el 14 de marzo. Los pergaminos con las bendiciones del Papa pueden seguir comprándose a través de la web de esta institución encargada de ejercer la caridad en nombre del Papa gracias a la venta de estas y de las donaciones que recibe el Pontífice por medio del Óbolo de San Pedro.
“¿Y usted no tiene miedo?”. Krajewski responde primero a la gallega cuando se le pregunta por cómo está afrontando esta situación para, a continuación, asegurar que él y sus colaboradores viven “según el Evangelio”, pero “claro que tenemos miedo”…
En la misma situación están los indigentes que viven en el entorno de la Plaza de San Pedro, a los que la Limosnería sigue ayudando al permanecer disponibles los baños, las duchas y la distribución de alimentos.
