“Hoy nos hemos reunido todos los cristianos del mundo para rezar juntos el Padre Nuestro, la oración que Jesús nos enseñó”. El papa Francisco ha comenzado así sus palabras introductorias al rezo al que ha invitado hoy. Desde la Biblioteca del Palacio Apostólica, una vez más, solo, sin fieles ni ningún otro presbítero, el Pontífice ha recordado que, “como hijos suyos, confiamos en el Padre”.
“Lo hacemos todos los días, varias veces al día; pero en este momento queremos rogarle misericordia por la humanidad puesta a prueba de forma severa por la pandemia de coronavirus. Y lo hacemos juntos, cristianos de todas las iglesias y comunidades, de todas las edades, idiomas y naciones”, ha recalcado Jorge Mario Bergoglio.
El Papa ha pedido orar, especialmente, por “los enfermos y sus familias; por los trabajadores de la salud y quienes los ayudan; por las autoridades, fuerzas del orden y voluntarios, y por los ministros de nuestras comunidades”.
“Hoy muchos de nosotros celebramos la Encarnación de la Palabra en el vientre de la Virgen María, cuando su ‘Aquí estoy’, humilde y total, se reflejó en el ‘Aquí estoy’ del Hijo de Dios. También nos ponemos en las manos de Dios con total confianza y siendo un único corazón y una única alma”, ha subrayado Francisco antes de comenzar a rezar el Padre Nuestro en latín y dar paso a la oración mariana del ángelus presidida por el cardenal Angelo Comastri desde una vacía basílica de San Pedro.