El Palacio de Hielo de Madrid se ha convertido en la gran morgue donde se están preparando los cuerpos de los fallecidos por coronavirus en los hospitales madrileños. Por ello, el alcalde, José Luis Martínez-Almeida, ha asegurado que están en conversaciones con el arzobispado de Madrid para que estos difuntos reciban el “adiós más adecuado posible”. Según ha confirmado esta revista, el equipo del cardenal Carlos Osoro se puso en contacto ayer con el regidor madrileño para poder ofrecer, al menos unas sencillas exequias, dentro de las limitaciones que está marcando la rápida expansión de la pandemia.
“Esta tarde he estado hablando con un representante del arzobispado de esta cuestión”, confirmó en una entrevista en Telemadrid. El alcalde comentó además que una de las fórmulas que estudian es el rezo de dos responsos al día en una parroquia cercana al Palacio de Hielo en caso de que no pudiera hacerse en el recinto por motivos de higiene o seguridad. Una opción que no sería excluyente a las propuestas que puedan hacer desde otras confesiones religiosas. “Estamos abiertos a arbitrar todas las soluciones necesarias para que ese adiós sea lo más adecuado a las circunstancias trágicas que estamos viviendo”, añadió.
Y es que con la situación de alarma los funerales se han reducido a la mínima expresión. No solo las empresas funerarias no dan abasto, sino que la peligrosidad de las concentraciones de gente ha restringido velatorios y ceremonias religiosas. Algo que hace que el duelo por los fallecidos sea una de las tareas pendientes de esta epidemia.
Ayer mismo, el Ayuntamiento de Valencia también anunciaba, a través de un comunicado, “el cierre de los cementerios municipales y de las salas de velatorio y la suspensión de todos los oficios religiosos” o actos laicos.