El ensañamiento. Fue la actitud sobre la que Francisco quiso reflexionar esta mañana durante la homilía en la eucaristía celebrada en la capilla de Santa Marta. “Detrás de todo ensañamiento, está el diablo para alejar al hombre y destruirlo”, alertó el Papa, para comentar cómo “actúa de maneras sutil”.
“Pensemos cómo en la persecución de los cristianos, utiliza los medios más sofisticados para llevarlos a la apostasía. Es una inteligencia diabólica”, dejó caer Francisco, que relató la experiencia de algunos obispos de países “que han sufrido la dictadura de un régimen ateo”.
Menores hostigados
“El lunes después de la Pascua, las profesoras preguntaban a los niños que había comido el día anterior. Aquellos que decían que habían comido huevo, eran perseguidos por si eran cristianos”, desveló: “A ese punto de espionaje se llegaba”.
“Pero, ¿qué podemos hacer contra el ensañamiento? Lo que hace Jesús: callar”, aconsejó el Papa: “El silencio, jamás la justificación. En silencio Jesús vive sus Pasión, el silencio del justo frente al enfurecimiento”.
Saber callar
“Pidamos al Señor la gracia de luchar contra el espíritu malvado, de discutir cuando tenemos que discutir. Pero, ante el enseñamiento de las habladurías, saber callar y dejar que los otros hablen, en silencio ante Dios”, deseó.
Así, frente “a los ataques cotidianos, cuando alguien escucha que hay chismorreos contra él”, solo planteó un camino: “Estemos callados, sepamos sufrir y tolerar las habladurías entendidas como ensañamiento en el barrio o en el lugar de trabajo”.
Dar ayuda
“En estos días han llegado noticias de tantas personas que comienzan a preocuparse de forma general por los demás y piensan en las familias que no tienen lo necesario para vivir, en los ancianos solos, en los enfermos en los hospitales“, expresó el Papa al inicio de la eucaristía.
“Rezan por ellos y tratan de hacerles llegar ayuda”, reconoció Francisco: “Gracias por ello. Que el Señor suscite en el corazón de los fieles estos sentimientos”, imploró.