La Confederación Nacional de Educación Católica (Conaced), en Colombia, a través de su presidenta, la hermana Gloria Corredor, ha dirigido un mensaje a “toda la comunidad educativa (directivos, docentes, padres de familia, estudiantes, personal administrativo y de servicios) de los colegios afiliados y no afiliados” para que sigan “cada una de las disposiciones emanadas de los gobiernos nacional y local en torno al cuidado y protección de contagio del covid 19”.
En relación con el pago de nómina, de servicios, de parafiscales, proveedores entre otros, la religiosa ha informado que han remitido una comunicación a la ministra de educación, María Victoria Angulo, a fin de que “analice y revise detalladamente esta situación de los colegios privados para brindar el apoyo necesario, que garantice poder cumplir con la prestación del servicio educativo con todo lo que ello implica”, por lo cual “tan pronto tengamos respuesta a esta solicitud se estará informando sobre el contenido de la misma”.
En estos tiempos de aislamiento obligatorio, desde Conaced han preparado 5 consejos a padres, madres, docentes y estudiantes para promover el autocuidado y el cuidado del otro.
1. Caminar juntos
Han pedido a los directivos liderar procesos y estrategias que promuevan la cohesión, la unidad y la motivación entre los docentes, estudiantes, padres de familia y todo el personal administrativo y de servicios, de tal manera que “a pesar de la distancia se experimente la cercanía, el acompañamiento y el caminar juntos, como dimensiones propias de una escuela católica”.
Todo esto “permite, desde otros medios y estrategias, la cercanía con toda la comunidad educativa”, claro está, una cercanía de espíritu y oración.
2. Redes de comunicación
Desde CONACED consideran que esta “es la oportunidad de fortalecer las redes de comunicación con el Consejo de Padres, con el Consejo Académico y especialmente con el Consejo Directivo, como órgano establecido por la misma ley para deliberar y aprobar grandes decisiones o políticas que orientan el curso de la institución educativa”.
En especial cuando “estos momentos tenemos que acoger a las directrices nacionales y territoriales, pero al mismo tiempo fortalecer, en forma creativa y solucionadora, nuestra autonomía institucional” a fin de garantizar “la calidad del aprendizaje de los estudiantes, pero también su desarrollo emocional y espiritual”.
3.Humanizar la enseñanza
El hecho de cumplir con el aislamiento obligatorio no implica comprometer la calidad de la educación, por tanto han sugerido que “la calidad del aprendizaje no es directamente proporcional a la cantidad o extensión de las tareas”, porque “la calidad de dicho aprendizaje no necesariamente se garantiza si se llenan contenidos”.
En este proceso novedoso de educación a distancia para muchos, es necesario el acompañamiento por parte de los profesores, por ello “tiene que ser en perspectiva de encuentro, de apoyo, de sentirse que alguien camina junto a él y lo acompaña. Es la oportunidad para humanizar los procesos de enseñanza – aprendizaje”.
4. No hacerlos sentir solos
Durante los momentos del aislamiento, los estudiantes estarán sometidos a situaciones muy duras, por ello no hay que hacerlos sentir solos. El docente debe aprovechar esta oportunidad para “fortalecer las competencias ciudadanas, socioemocionales y capacidad de resiliencia (cuidado de sí mismo) y el sentido de la solidaridad (cuidado del otro)”.
A su vez han motivado a “los equipos de bienestar o psicología de los colegios a seguir realizando un acompañamiento constante y cercano a cada uno de sus estudiantes a través de las mediaciones tecnológicas que han elegido para este tiempo”.
5. Espacios de espiritualidad
Un aspecto fundamental de toda esta cuarentena, de la cual los colegios deben ser garantes, es que “estos días sean la ocasión propicia para recuperar de una parte los momentos de oración en familia que muchas veces se diluyen por el afán del día a día”. Al respecto CONACED recomienda “la oración del rosario, la oración de los alimentos, la oración de la mañana y de la noche, la lectura de la Palabra”.
Además de la espiritualidad “los animamos a promover que todas las familias hallen en este tiempo la oportunidad para reflexionar en torno a nuestros hábitos de consumo, el uso de los recursos, el propósito de nuestras vidas, el uso del tiempo”, pues “se trata de un periodo que las circunstancias nos han dado para pensar en lo verdaderamente esencial”.