“Señor, que yo llore contigo, que llore con tu pueblo, que sufre tanto. Hay tantos que lloran hoy… Pidamos la gracia de llorar. Que este sea para nosotros el domingo de llanto”. Esta fue la propuesta lanzada esta mañana por Francisco durante la homilía dominical en la misa de la capilla de Santa Marta.
“Hoy, delante de un mundo que sufre tanto, de tanta gente que sufre las consecuencias de esta pandemia: ¿soy capaz de llorar como seguramente lo habría hecho Jesús y lo hace ahora Jesús? ¿Mi corazón se asemeja al de Jesús? Y si soy demasiado duro: ¿soy capaz de ayudar y de hacer el bien?”, expresó.
El Papa, llamó a todos los cristianos a que “acompañemos desde nuestro corazón a todos los que sufren”. “No nos hará mal llorar un poco: es el llanto del Señor por todo su pueblo”, apostilló.
“Pienso en tantas personas que lloran: la gente asilada por la cuarentena, los ancianos solos, aquellos que están hospitalizados, los que están en cuidados intensivos, los padres que ven que no les llega el sueldo para dar de comer a sus hijos…”, relató Francisco.
Desde ahí, y partiendo del Evangelio que relata cómo Jesús resucita a Lázaro, recordó cómo Jesús “sentía dolor por la muerte de su amigo, se conmovió profundamente y se echó a llorar”. “Jesús es Dios, pero hombre, y lloró”, subrayó.
“¡Con cuánta ternura llora Jesús!”, planteó el Papa: “Llora con el corazón, llora con amor, llora con los que lloran. Aunque no lo sabemos, tal vez lloró más veces en su vida, seguramente en el Monte de los Olivos. Jesús llora por amor siempre”.
De la misma manera, puso en valor cómo “Jesús no puede ver a la gente y no sentir compasión. Ve con los ojos y con el corazón”.