Cada día a las 20:30 horas, después de los aplausos solidarios en apoyo de los profesionales sanitarios, todos aquellos que lo deseen pueden sumarse a una iniciativa que ha nacido en Granada y desde la que se nos llama a hacer frente al coronavirus de un modo especial: con 10 minutos de silencio y meditación.
La propuesta nace de dos plataformas interreligiosas granadinas: la Red Religiones y Espiritualidades por la Convivencia (integrada por el Centro de Estudios de Budismo Tibetano Nagarjuna, la Fundación Védica de España, la Plataforma de la Comunidad Musulmana, las Comunidades Cristianas Populares, la Delegación Diocesana de Migraciones y el Centro de Espiritualidad y Acción Social ‘Persona y Justicia’) y la Red Ecología y Espiritualidad (donde, además de todas las entidades citadas, se suman la Iglesia Evangélica y la Asociación Brahma Kumaris).
“Ante la grave y nueva situación creada en toda la sociedad por la epidemia del coronavirus –declaran en su mensaje–, todos los sectores de la sociedad tenemos la obligación moral de ofrecer lo específico y adherirnos a esta causa con nuestro apoyo solidario. Ninguna aportación constructiva sobra. Y todas deben ser ofrecidas con ese espíritu de ‘unidos con un gran corazón’ que acaba de pedir Úrsula Von der Leyden, presidenta de la UE, a todos los europeos (y bien se puede extender a todo el mundo)”.
“En ese espíritu –animan–, nosotros, personas y colectivos que formamos parte de las dos redes interreligiosas o interespirituales de Granada, pedimos y ofrecemos” esos 10 minutos de silencio y meditación en “homenaje interior y solidario a todos los sectores de la sociedad más afectados por esta situación por un motivo u otro: familiares de las víctimas, sanitarios, fuerzas de orden público y militares que intervienen directamente en la situación, sectores más pobres o desprotegidos social y económicamente, personas de medios de comunicación, responsables políticos de cualquier signo y un largo etcétera”.
Además, ese silencio tiene otros objetivos, como el “apoyo a la enorme gama de iniciativas solidarias de cualquier signo y procedencia surgidas en la sociedad” o el “específico reconocimiento a los apoyos que en el terreno de la psicología y la espiritualidad están surgiendo para lograr la fortaleza interior que todos necesitamos. Sobre todo, los directamente afectados”.
Por último, esta es una “llamada a la imaginación a toda persona, grupo o institución, privada o pública, para ofrecer lo que cada uno pueda, aún más, para atender las necesidades que la situación requiere. Nos alegramos también, en ese sentido, de las varias iniciativas surgidas desde religiones o espiritualidades organizadas (cesión de edificios para las necesidades sanitarias, cadenas de distribución de alimentos a los sintecho. aportación económica, alojamientos, etc)”.
En definitiva, puesto que “el mundo también necesita un gran corazón para estar unido en la búsqueda de situaciones imaginativas y solidarias”, frente al coronavirus, desde Granada, se llama a hacerle frente desde la interioridad. ¿Para qué? “Para fortalecer ese corazón solidario que mire siempre al bien común y tenga presente a los que más sufren en esta situación, para sentirnos unidos como familia humana y más motivados internamente en la resistencia y en la búsqueda de múltiples iniciativas solidarias”.