México

América Latina y El Caribe pedirán la protección de la Virgen de Guadalupe ante el coronavirus





El Consejo Episcopal Latinoamericano anunció que el Domingo de Pascua, 12 de abril, toda la región será consagrada a la Virgen de Guadalupe, para pedir su protección ante la pandemia del coronavirus Covid- 19.



La ceremonia, que será presidida por el custodio de la venerada imagen, el arzobispo de México, cardenal Carlos Aguiar Retes –según informó la Conferencia del Episcopado Mexicano–, se llevará a cabo a las 12:00 horas (tiempo de México), en la Insigne y Nacional Basílica de Guadalupe.

“Haremos un acto de consagración de América Latina y El Caribe a Nuestra Señora de Guadalupe, Emperatriz de América, para pedirle la salud y el fin de la pandemia, poniéndonos bajo su mirada amorosa en estos momentos difíciles, en los que ella puede abrirnos las puertas de la esperanza”, señala una carta firmada por el arzobispo de Perú, Miguel Cabrejos Vidarte, presidente del CELAM, y el obispo Juan Carlos Cárdenas Toro, secretario general del organismo.

Cuatro momentos para la consagración

El documento, fechado este martes 31 de marzo, invita a todos los países de América Latina y El Caribe a participar de la consagración a través de las plataformas digitales y de otros medios de comunicación.

Para ello, propone cuatro momentos; el primero: 12 campanadas en todas las iglesias de América Latina y El Caribe en punto de las 12:00 horas (tiempo de México); estas campanadas marcarán el segundo momento, que será el rezo del Rosario Misionero ofrecido por la salud de las personas de los cinco continentes.

El tercer momento será propiamente la celebración de la Misa de Resurrección; y el cuarto, la culminación con el acto de consagración a la Virgen de Guadalupe, con una oración propuesta por el CELAM, y la presentación de una ofrenda floral.

Para los obispos del continente, “el momento presente exige de sus pastores, ver y escuchar las aflicciones de los pueblos, generando esperanza y dirigiendo la mirada a la Virgen María”.

“Confiamos que, al contemplar a la Madre del verdadero Dios por quien se vive, fortalezcamos nuestra fe, alentemos nuestra esperanza y nos comprometamos con amor solidario, especialmente con quienes hoy experimentan enfermedad, dolor, pobreza, soledad, temor e inquietud”, concluye el texto.

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