Con motivo de la celebración de la festividad del Vesakh, en la mayor parte de los países budistas, el próximo 6 de mayo, el Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso ha enviado hoy, 1 de abril, un mensaje a los fieles de esta religión. El texto, firmado por el cardenal Miguel Ángel Ayuso Guixot, recuerda que durante 25 años consecutivos la Santa Sede ha mostrado sus “buenos deseos” a las comunidades budistas por esta ocasión, que conmemora los principales acontecimientos de la vida de Buda.
“Este año, nos gustaría reflexionar con usted sobre el tema ‘Budistas y cristianos: construir una cultura de compasión y fraternidad'”, apunta el documento, subrayando el “alto valor que nuestras respectivas tradiciones religiosas dan a la compasión y la fraternidad en nuestra búsqueda espiritual y en nuestro testimonio y servicio a una humanidad y una tierra herida”.
Asimismo, recuerda el documento sobre Fraternidad Humana, en el que se afirma que “las enseñanzas auténticas de las religiones nos invitan a permanecer arraigados en los valores de la paz”. Del mismo modo, Ayuso señala que “al reunirse con el Patriarca Budista Supremo en Tailandia en noviembre pasado, Su Santidad el papa Francisco expresó que podemos crecer y vivir juntos como buenos vecinos y así poder promover entre los seguidores de nuestras religiones el desarrollo de nuevos proyectos de caridad, capaces de generar y multiplicando iniciativas prácticas en el camino de la fraternidad”.
Fomentar “un nuevo humanismo”
“La Fiesta de Vesakh/Hanamatsuri”, apunta Ayuso, “nos recuerda que el príncipe Siddhartha se dispuso a buscar la sabiduría” y, para ello, se “afeitó la cabeza y renunció a su condición” de príncipe. “Cambió sus prendas de seda de Benarés por la simple túnica de un monje”, añade. “Su noble gesto nos recuerda a San Francisco de Asís: se cortó el pelo y cambió su ropa fina por la simple túnica de un mendigo porque quería seguir a Jesús”, dice el documento, subrayando que el ejemplo de ambos inspira una vida “de desapego en vista de lo que es más importante” y, en consecuencia, permite dedicarse “a fomentar una cultura de compasión y fraternidad para el alivio del sufrimiento humano y ecológico”.
“A medida que nosotros, budistas y cristianos, aprendemos unos de otros cómo ser cada vez más conscientes y compasivos, podemos seguir buscando formas de trabajar juntos para hacer de nuestra interconexión una fuente de bendición para todos los seres sintientes y para el planeta, nuestro hogar común”, recalca Ayuso, quien, por último, invita a las comunidades budistas a unirse al encuentro global del 15 de octubre de ‘Reinventar el Pacto Educativo Mundial’, con el objetivo de “promover un nuevo humanismo”.
“Nos complace ver que los budistas y los cristianos se basan en valores profundamente arraigados y trabajan juntos para desarraigar las causas de los males sociales en varias partes del mundo”, subraya. Entre ellos, además, recuerda el coronavirus, invitando a orar por “enfermos y sus cuidadores”.