José Vilaplana, obispo de Huelva, ha escrito una carta a su Diócesis ante la situación que se presenta: una Semana Santa inminente en plena pandemia por Covid-19. Esta circunstancia, como señala el prelado, obligará a los fieles a celebrar estas fechas de manera muy distinta a otros años.
“En esta situación, oiremos a veces la expresión ‘este año no hay Semana Santa'”, dice Vilaplana, subrayando que esto “no es así”. “Sí hay Semana Santa, aunque la celebraremos de forma diferente: no habrá procesiones en las calles; las celebraciones litúrgicas se realizarán sin presencia de fieles y, sin embargo, habrá Semana Santa, porque los cristianos no podemos dejar de hacer memoria de Jesucristo, muerto y resucitado por nosotros”, explica.
Ante la imposibilidad de participar en la liturgia y las procesiones, el obispo invita a “vivir la Semana Santa como una oportunidad nueva: vivirla desde el corazón, avivando nuestra fe y haciéndolo en familia, como Iglesia doméstica”, creando, de esta manera, “la Semana Santa del corazón y de la familia”.
Por ello, y con el objetivo de ayudar a los fieles a “acercarse al Señor estando confinados”, el prelado ha hecho una lista de seis recomendaciones para vivir con toda intensidad estos últimos días de la vida terrenal de Jesús y celebrar, con alegría, la fiesta del Resucitado.
Vilaplana subraya la enorme oportunidad que ofrecen las nuevas tecnologías de vivir “una Semana Santa unidos al Sucesor de Pedro”, sobre todo “en este momento de dolor para la humanidad entera”. Por ello, anima a seguir estas retransmisiones, “con respeto y devoción, participando con todo el corazón”.
“Pensando en los más pequeños”, apunta el obispo de Huelva, “procurad poned en vuestras casas un pequeño ‘altar’ con el crucifijo o una reproducción de la imagen del Señor y de la Santísima Virgen, una Biblia y una vela, donde podáis comenzar y terminar la jornada con una sencilla oración, recordando el misterio que contemplamos cada día”. Además, recuerda la importancia de rezar “intensamente por los difuntos, enfermos y familiares afectados por esta enfermedad del coronavirus”.
“Los cofrades sentiréis una añoranza especial el día en que vuestras cofradías tenían previsto salir a la calle”, señala Vilaplana. Por eso, sugiere que a la hora de la “salida”, cada uno, desde casa, se una en oración a sus hermanos cofrades con el rezo del Vía Crucis “u otras oraciones apropiadas”. “Esta será vuestra estación de penitencia este año”, añade.
“Otros años quedabais dispensados de esta práctica porque resultaba difícil llevarla a cabo”, explica el obispo. Sin embargo, anima a “redescubrirla” en esta ocasión, absteniéndose de comer carne y “los adultos (no los mayores de 65 años) hacer una sola comida”.
“Con esta privación nos unimos así a los sufrimientos de Cristo y a las necesidades de nuestros hermanos más pobres”, subraya, alentando, además, a unir a este ayuno la limosna que “a través de Cáritas, llegará a las personas vulnerables, no solo en estos momentos, sino también cuando se experimenten las dificultades económicas que seguramente llegarán tras el paso de la pandemia”. “Tendremos que hacer un gran esfuerzo para seguir apoyando a los más necesitados”, asevera el prelado, si bien reconoce que, “en los momentos de prueba se despierta lo mejor de nosotros mismos”.
“Buscad momentos de silencio en cualquier rincón de vuestra casa”, sugiere Vilaplana, para reflexionar acerca del significado de estos días.
“El domingo de Resurrección festejad en familia esta victoria que sostiene nuestra esperanza”, anima el obispo. “No olvidéis que es el día central del año cristiano y debe resonar en nosotros la alegría del Aleluya”. Para ello, propone un gesto sencillo: “sacad vuestro mejor mantel y decorad la mesa, tal vez con algún adorno que puedan hacer vuestros hijos, y bendecid la comida, aún modesta, con una especial solemnidad”.